Mientras Kate Middleton, descendiente de mineros, se convertía en princesa Catalina y duquesa de Cambridge, el fantasma de la monarquía recorría Latinoamérica: desde las regocijadas Malvinas hasta la fustigadora Cuba, todos agregaron una línea al cuento de hadas británico.
ISLAS MALVINAS
Los británicos que habitan en las islas Malvinas, en el Atlántico Sur, festejaron la boda entre el príncipe Guillermo y la -hasta ahora- plebeya Kate Middleton con un día de asueto y un desfile de 30 vestidos de novia, procedentes de las bodas realizadas en los últimos 60 años en las islas, informó el diario local Pengwin News.
El desfile en la "alfombra roja" de novias y novios fue una de las tantas actividades programadas para acompañar las 10 horas de festejos y transmisión por la boda real.
ARGENTINA
Muy cerca, en tierra firme, los medios olvidaron temporalmente las viejas rencillas con Gran Bretaña -a quien Argentina reclama la soberanía sobre las Malvinas- y dos de los cinco canales de aire, así como seis canales de cable, transmitieron la fastuosa boda. Solamente uno, CN23, tuvo una mirada crítica sobre el acto que se transmitía en directo.
Además, los programas de farándula argentinos abordaron abundantemente el tema y las revistas del corazón anunciaron coberturas propias, mientras los sitios web de los diarios La Nación y Clarín encabezaron sus portales con la boda en la Abadía de Westminster.
CUBA
En cambio, los medios cubanos no cedieron al romántico atractivo que ejercen en "la plebe" los asuntos de la nobleza e ignoraron el acontecimiento que tuvo en vilo a 2.000 millones de telespectadores en todo el mundo y cientos de miles de entusiastas en el lugar.
El diario oficial Granma publicó un amplio artículo en el que calificó el "show mediático" como "un espectáculo frívolo ante los ojos del mundo (que) desvía la atención de los conflictos actuales". "Los medios han armado un verdadero reality show en torno a los novios y sus familias", fustigó la prensa cubana.
COBERTURA EN DIRECTO
En efecto, la cobertura fue generosa: en Chile, Perú, Colombia y Uruguay los principales canales de televisión transmitieron en directo la boda real, mientras los medios de Santiago y Bogotá -en particular- enviaron reporteros especiales a Londres para cubrir la boda. Lo mismo sucedió en Centroamérica, donde las cadenas televisivas difundieron en directo las imágenes de la BBC.
Además, tanto en ciudad de Guatemala como en Montevideo las embajadas británicas ofrecieron recepciones para celebrar esta apoteosis de la monarquía, en un continente que lleva dos siglos abrazando el sistema republicano.
Incluso dos tigres de bengala del zoológico de Rio de Janeiro fueron bautizados como Guillermo y Kate.
Pero también se escucharon comentarios llenos de desparpajo, como el del cantante puertorriqueño René Pérez -el "Residente" del grupo Calle 13-, quien escribió en Twitter: "Qué graciosos están los sombreros de la gente en la boda del príncipe, si me invitaban yo iba con un sombrero mexicano gigante".
Así como se hizo sentir el humor crítico, en Argentina, el frenesí mediático fue condenado por dos actores que parodiaron a los príncipes durante un acto sindical en Buenos Aires, subidos a un carruaje adornado con banderas pirata.
"Fuck you a todo el mundo", decía medio en inglés y medio en español, mientras saludaba a un lado y a otro con su dedo mayor en alto, el varón barbudo con vestido de novia.
El vehículo llevaba como leyenda irónica la frase "recién caZados", mientras arrastraba bolsas de tela negra, simulando cuerpos muertos, cada uno con una inscripción: Irak, Islas Malvinas, Libia, Kosovo y Bosnia Herzegovina. (El Observador Global)