Las centrales convocantes, Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO) cifraron al mediodía el seguimiento medio en el 78%, aunque horas antes lo situaban entre el 80 y el 90% en distintos sectores.
Como es habitual, el gobierno hizo una valoración muy diferente e indicó que la jornada de paro se está desarrollando "sin alteraciones relevantes" en el transporte, la industria y grandes mercados, y se están cumpliendo los servicios mínimos -que en algunos casos llegan al 30%-, según la directora general de Política Interior, Cristina Díaz.
"Exigimos un cambio rotundo de las políticas del Gobierno, si no nos llevarán al precipicio", aseguró el secretario general de UGT, Cándido Méndez, al valorar la jornada de lucha, que consideró un "éxito".
Por su parte, el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, afirmó que "hay alternativa" a las políticas que sumen al país en la recesión, y "surgirán de la presión de la ciudadanía".
Esta tarde están convocadas más de 100 manifestaciones bajo el lema "Nos dejan sin futuro. Hay culpables. Hay soluciones", que se prevé que serán masivas. También se sumaron a la protesta los indignados con sus propias acciones.
Toxo advirtió que el gobierno tiene en sus manos la decisión de resolver si habrá más huelgas en los próximos meses.
También el líder del Partido Socialista (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, exigió al Ejecutivo un "cambio de la política económica" y acusó a Rajoy de utilizar la crisis como "coartada" para recortar el Estado social".
Sin embargo, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, defendió las políticas de austeridad del gobierno como la "única hoja de ruta posible" y subrayó que "la huelga no es el camino adecuado".
La huelga general dejó por el momento al menos 82 detenidos por distintos incidentes, principalmente enfrentamientos entre manifestantes y agentes de seguridad en los "piquetes informativos" relacionados con el paro, según informó la Dirección General de Policía.
Aunque no se registraron incidentes graves, un menor resultó herido por un fuerte golpe en la cabeza en una protesta frente al famoso comercio Corte Inglés de la ciudad catalana de Tarragona, y otras 15 personas terminaron heridas como consecuencia de una carga policial en los alrededores de Cibeles, en Madrid.
La apertura de los comercios se caracterizó por una fuerte presencia policial y en medio de gritos de "Vergüenza da ir a trabajar en la huelga general" o "esquirol" (término popular catalán para referirse a los rompe huelgas).
Muchos de los negocios de algunas de las principales zonas comerciales de la capital, como la Gran Vía de Madrid, permanecieron cerrados, igual que en Barcelona, donde las persianas bajas dominaban en el céntrico Paseo de Gracia y en todo el casco histórico.
"Estamos aquí no porque estemos de acuerdo con el gobierno, sino porque no podemos hacer huelga", explicaba a Télam Lidia Ortiz, de 26 años, empleada de un comercio de ropa que permanecía cerrado por los "piquetes" en el Portal del Angel de Barcelona.
Carmen García Gutiérrez, propietaria de un kiosco del barrio Gótico, uno de los únicos comercios abiertos, decía que "hoy no abre nadie, pero yo estoy sola y tengo que pagar las cuentas y el dinero no me alcanza".
"No estoy de acuerdo con los recortes, pero abro por necesidad", insistía esta mujer de 63 años.
También hubo piquetes en las entrada de las cocheras de los ómnibus del servicio público de transporte, en las zonas logísticas y en los principales mercados de abasto del país, como Mercamadrid y Mercabarna, donde un fuerte operativo policial permitió la entrada y salida de vehículos.
Según UGT, la huelga tuvo casi un cien por ciento de adhesión en la industria del metal, componentes de automotor, industrial aeroespacial y naval, entre las que destacan las factorías de SEAT en Martorell, de Volkswagen Navarra, Ford Almusafes y Bosch Madrid, Nissan en Barcelona, IVECO en Madrid, y Airbus en Puerto Real, entre otras.
Como dato ilustrativo del impacto de la deuda se suele utilizar el nivel de consumo eléctrico, que esta mañana había caído un 15,8 % frente al 21,5% de la última huelga del 29 de marzo, según datos de la empresa pública Red Eléctrica Española.
Los principales puertos de España están cerrados y se prevé la cancelación de unos 600 vuelos en todo el país, con mayor incidencia en Madrid-Barajas, donde opera la aerolínea Iberia, que afronta el despido de 4.500 trabajadores.
Los ferrocarriles funcionan con servicios mínimos, igual que el subterráneo de las principales ciudades y los ómnibus, con un seguimiento del paro superior al 90% tomando como referencia a Madrid y Barcelona.
La huelga del "14N" fue convocada por UGT y CCOO y está apoyada por cientos de organizaciones sociales que rechazan las políticas de austeridad del Ejecutivo español y exigen un cambio de rumbo.
Desde que el líder del derechista Partido Popular (PP) llegó al poder en diciembre de 2011, España aprobó varios planes de ajuste y reformas estructurales que elevaron el desempleo hasta un nivel récord de 5,7 millones de personas, el 25% de la población activa, y no sacaron al país de la recesión.
A diferencia de la primera huelga de marzo, esta vez la convocatoria fue coordinada a nivel europeo y coincide con paros generales y protestas en respuesta al ajuste en Portugal, Grecia e Italia, en estos últimos de forma parcial.
Fuente: Télam