Yo hoy me voy de casa porque necesito paz. Pero mi padre no puede ser liberado. Es un criminal y un peligro, suelto”.
“María” (identidad ficticia) camina por las calles de Fernández (Robles), ensimismada en su odisea. De los 11 a los 13 años, su propio padre la entregó a los camioneros y vecinos, sin que jamás lo conmoviera -siquiera- un atisbo de piedad o humanidad para con su hija.
El resultado: una adolescente amargada de la vida, con escasa formación educativa, y el corazón agobiado por tanto dolor y humillación.
Indescriptible dolor
“Duele más cuando es tu padre el que te manosea tanto; más que el dolor de la carne misma”, señaló presa de una crisis y en llanto.
El sujeto ya fue detenido y “María” sabe que por un lado es lo que corresponde, pero a la vez, la sobresalta el reconocer que sus hermanos no estarán bien, con su padre enrejado.
“Me violó y encima me entregó a cualquiera. Debía salir a las estaciones de servicio a prostituirme. Y traer plata. No le importaba otra cosa. Y mi madre, quizá amenazada, nunca dijo nada. Sabía que ambas éramos violadas y jamás nos defendió. A ella la llevaba a La Tusca (Robles). No sé si para prostituirla, o para mendigar. Volvían con mercadería”.
Al advertir que nadie la protegía, “María” pensó en más de una ocasión en matarse. Pero ironías de la vida, fruto de la prostitución quedó embarazada.
“A los 7 meses mi padre me pegó. Casi aborté. Tuve una hemorragia. Cuando faltaba muy poco, les avisé. Se enojaron e hicieron lo imposible para que abortara. Me dieron un montón de cosas y té, pero no pasó nada. Gracias a Dios lo tuve y hoy él me da fuerzas. Por mi hijo no me maté. Si alguna vez debo hacerlo, será con él. Nadie lo va a criar mal. No lo dejaré para que sufra lo que yo sufrí”’, afirmó tajante la joven.
Sin paz
Ahondó: “En mi casa nunca había paz. Hiciera lo que hiciera, mi padre me maltrataba. De tantos golpes, me quedaba tonta”, afirmó sin ruborizarse.
Consultada si alguna vez se sintió querida por sus padres, María lo niega enfáticamente.
“Mi padre nos violó a mi hermana y a mí. A mi madre no le importan los hijos. Por ahí dice que se va a matar. Yo le digo que eso es culpa que no puede sacarse de encima”, enfatizó.
Fuente: elliberal.com.ar