"Esta histeria provocada por los belicistas de Corea del Sur está directamente vinculado con el chasquido venenoso de la falda de quien ocupa, una vez más," la Casa Azul presidencial, señaló el informante.
El término "chasquido de falda" se utiliza en Corea para describir a las mujeres que se comportan de manera algo exagerada, entre ellas las amas de casa que controlan todos los aspectos de la educación de sus hijos.
Park, quien juró como presidenta el pasado 25 de febrero, es hija del ex mandatario Park Chung-hee, al que se lo considera uno de los impulsores de la industrialización de Corea del sur.
El ex dictador suspendió la Constitución, los partidos políticos y la libertad de prensa para luchar contra el comunismo. Murió asesinado en 1979 por su guardaespaldas, un norcoreano de origen japonés.
Aunque se cree que Park tiene intenciones en mejorar las relaciones con Corea del Norte, hoy solo uno de cinco surcoreanos adolescentes creen que la unificación de la península es imperativa en la región, contra el 80% de los surcoreanos que la apoyaba en 1990, informó el diario The New York Times.
A pesar de que Pyongyang canceló el armisticio de 1953, que establecía un alto el fuego tras la guerra de tres años que mantuvieron ambos países, la presidenta Park mantiene su promesa de acercarse al joven líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y enviar asistencia humanitaria para ese país, que sufre de hambrunas.
La reciente actitud belicosa del régimen de Kim fue interpretada por algunos analistas como un desesperado intento para forzar a Estados Unidos y a Surcorea a reiniciar las conversaciones sobre desnuclearización y lograr algún tipo de concesión para Norcorea.
"Cancelar el armisticio es una forma de mantener creíble la amenaza y aumentar la tensión en un plano psicológico", dijo a Télam Federico Merke, profesor de la Universidad de San Andrés.
El analista no desestimó la posibilidad de que ocurran posibles fricciones entre Pyongyang y Seúl en la frontera común.
"De todos modos, descarto el uso del arma nuclear. Las armas nucleares se han convertido más en instrumentos defensivos y de disuasión que en instrumentos ofensivos. Y no veo que Kim Jong-un rompa este patrón", agregó el académico.
Por el momento, la tensión entre los dos países no ha disminuido, ya que el pasado jueves el líder Kim supervisó personalmente un ejercicio de artillería en la disputada frontera con Surcorea.
En medio del clima de tensión que vive la península, tropas de Estados Unidos -se estima que Washington cuenta con 28.500 efectivos- y Corea del Sur realizan ejercicios conjuntos desde el primero de marzo.
El reciente ensayo nuclear de Norcorea parece haber debilitado el apoyo que China brindaba a ese país desde 1990, cuando la economía de Pyongyang colapsó siguiendo al fin de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética.
La posición de China, sin embargo, no ha variado demasiado en los últimos años, aunque Corea del Sur permanece alerta por la ayuda que Beijing pueda darle a Pyongyang. Después del hundimiento de un buque surcoreano, en 2010, el gobierno de Seúl canceló toda la cooperación que tenía con su hermano del Norte.
Sin duda, el último ensayo de Norcorea -el tercero desde 2006- causó preocupación en Estados Unidos, sobre todo porque Kim amenazó con lanzar un ataque contra ese país y Seúl, si el Consejo de Seguridad de la ONU sancionaba a Pyongyang, hecho que efectivamente ocurrió con el apoyo de China.
El caso de Norcorea llevó a algunos analistas a sostener que la experiencia de Pyongyang podría ser determinante para que Irán construya una bomba atómica, entre ellos el experto irano-israelí en Medio Oriente Meir Javedanfar.
Ante una consulta realizada por Télam vía mail, el analista recordó un artículo suyo -publicado en el sitio de internet "The Diplomat"- en el que señala que "a pesar de décadas de duras sanciones, Norcorea ha desafiado a Occidente y construido una bomba atómica".
"Incluso ha ido tan lejos que ha realizado tets nucleares en numerosas ocasiones, mientras amenazaba con la guerra.
Además de ser preocupante en sí mismo, la inhabilidad de Occidente para parar a Pyongyang a través de sanciones diplomáticas podría enviar un mensaje a Irán que también puede desafiar a Occidente", afirma Javedanfar.
Si bien es cierto que Norcorea no está aún en condiciones de atacar a Estados Unidos, la Casa Blanca tomó en serio las amenazas de Pyongyang y anunció un plan para reforzar los sistemas de defensa antimisiles en Alaska, la Costa Oeste y en California, entre otros sitios estratégicos de ese país.
También Washington desplegará un segundo radar en Japón, preocupado por esa zona de Asia que cada tanto despierta de su letargo y ocupa las primeras planas de la política internacional.
Fuente: Télam
