En declaraciones a la emisora MVS, recogidas por la agencia Efe, el joven anunció que en los próximas semanas los alumnos de la Normal de Ayotzinapa, a la que pertenecen los estudiantes desaparecidos a manos de policías y criminales, recorrerán "el país en una caravana civil y pacífica para que podamos poner a debate este problema".
Emiliano Navarrete, padre de José Ángel, uno de los jóvenes secuestrados, dijo estar decepcionado de la reunión de casi seis horas que sostuvieron con Peña Nieto y subrayó que esperaba "más": un mensaje de esperanza, mayor eficacia en la búsqueda, resultados "más rápidos".
"Estoy igual, como al principio", lamentó Navarrete, e hizo hincapié en que no fue al encuentro con el presidente a "pedir un favor" o una "limosna", sino a "exigir justicia", porque fueron "personas del gobierno quienes cometieron el atropello contra nuestros hijos indefensos", dijo.
Felipe de la Cruz, vocero de los familiares, también señaló, citado por la agencia ANSA, que "esperábamos un poco más en los avances de las investigaciones o algo que nos dijera que estamos cerca de encontrar a los muchachos, pero fue más de lo mismo".
De la Cruz apuntó que mientras no haya resultados por parte de los forenses argentinos que trabajan en el caso que conmueve al país, "todo lo que las autoridades den a conocer es falso".
Por su parte, el padre de otro joven estudiante, Epifanio Álvarez confesó que estaban "muy desesperados" después de "33 días de sufrimiento", y llegó a decir que "parece que se están burlando de nosotros".
También el abogado del centro de derechos humanos Agustín Pro Juárez, Santiago Aguirre, reiteró el "amplio llamado a la sociedad a sumarse a la exigencia de que aparezcan los jóvenes" y a que este caso sea un "punto de no retorno" para que el Estado responda ante las desapariciones de miles de personas en este país.
Por su parte, el joven García dijo que el gobierno "ha dejado crecer ese problema, ha hecho la vista gorda", por eso hizo un "llamado a la comunidad estudiantil, a las organizaciones sociales a que se sumen a este movimiento", que exige el retorno con vida de sus compañeros.
Los familiares y estudiantes de la Normal están convencidos de que están vivos y que el gobierno mexicano no ha hecho los esfuerzos suficientes para encontrarlos.
"Hemos levantado la mano contra el Estado mexicano, pero al hacerlo también es contra la delincuencia organizada", apuntó García, y añadió: "en adelante no vamos a estar seguros porque cuando el movimiento se apague cuando aparezcan nuestros compañeros" nadie "nos va a amparar" contra los grupos criminales.
Sin embargo, apuntó, "la sociedad entera tiene que saber que hemos tenido muchos conflictos en el estado", que las escuelas rurales han sido "abandonadas" y sus estudiantes estigmatizados, y destacó que seguirán luchando hasta que sus derechos sean respetados.
Sobre esa noche del 26 de septiembre en Iguala, en la que murieron seis personas, narró que a uno de sus compañeros, Julio César Mondragón, lo apartaron unos 150 metros del lugar y le retiraron la piel del rostro, porque "cuando lo sometieron él tuvo la valentía de escupirle en la cara al agresor".
También dijo que esa noche el Ejército tardó mucho tiempo en llegar, a pesar de que sus instalaciones están a solo "cinco minutos", y cuando apareció trató con "lujo de violencia" a un grupo de estudiantes que había logrado escapar, incluso a uno de ellos que estaba gravemente herido.
El encuentro de ayer entre el presidente Peña Nieto y los familiares de los estudiantes en la residencia Los Pinos, fue el último suceso de una jornada cargada de tensiones, en la que el nuevo alcalde de Iguala, Luis Mazón, hermano de Lázaro, ex secretario de salud del prófugo exjefe comunal José Luis Abarca, renunció apenas horas después de asumir, y una marcha de docentes y estudiantes organizada para reclamar justicia por el caso caso terminó con disturbios y agresiones contra la residencia oficial del nuevo gobernador interino de Guerrero, Rogelio Ortega.
Fuente: Télam