Chávez, que llegó al emblemático Paseo Los Próceres saludando desde un auto negro descapotable, ensalzó el golpe fallido que lideró el 4 de febrero de 1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, asegurando que su "rebelión" buscó defender "al pueblo atropellado" por un gobierno "subordinado" a Estados Unidos.
Al acto asistieron como invitados los presidentes de Cuba, Raúl Castro, Bolivia, Evo Morales, Nicaragua, Daniel Ortega, y Haití, Michel Martelly, que se hallan en Caracas para asistir además a una cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Mostrándose desafiante y provocador, Chávez, un ex militar en el poder desde 1999, reiteró varias veces durante su discurso una polémica declaración que realizó el jueves cuando aseguró que las Fuerzas Armadas son "chavistas", subrayando que a sus detractores "les duele la verdad".
La oposición venezolana, que rechazó el viernes las declaraciones de Chávez, también criticó el desfile de este sábado, repudiando que se glorifique el delito que constituye un golpe de Estado y que se obligue a los soldados a celebrar "un acto insurreccional" que constituyó "una traición al honor militar".
Las Fuerzas Armadas son "una institución esencialmente profesional, sin militancia política", aseguró esta semana la oposición, recordando un artículo de la Constitución.
"Yo me reía de un comunicado que sacó la derecha venezolana declarando este desfile inconstitucional, es hasta ridículo, ¿de dónde los desfiles son constitucionales o inconstitucionales? (...) lo que tienen es puro odio", dijo Chávez en respuesta a las críticas y reiterando nuevamente el carácter "chavista" de las Fuerzas Armadas, aunque a la oposición "le dé un infarto".
La relación de Chávez con las Fuerzas Armadas ha sido causa recurrente de controversia y en las últimas semanas volvió a cobrar relevancia debido sobre todo al nombramiento como ministro de Defensa del general Henry Rangel Silva, acusado por Estados Unidos de vínculos con el narcotráfico y las FARC colombianas.
En el desfile se exhibió por otra parte el potencial militar de Venezuela, así como las últimas adquisiciones de armamento, como el tanque T-72 o los equipos antiaéreos de fabricación rusa.
Entre 2005 y 2007, el gobierno venezolano firmó con Rusia contratos por más de 4.000 millones de dólares para adquirir aviones Sukhoi, helicópteros de combate y fusiles. Además, desde 2010 Caracas ha recibido varios créditos de Moscú (por más de 6.000 millones de dólares) para comprar tanques, misiles antiaéreos y fortalecer en general la cooperación técnico-militar.
Estos son "tanques para el pueblo, para la revolución, no para la burguesía ni para servir al imperialismo", aseguró el mandatario venezolano.
Más de 12.000 personas formaron parte del desfile, que fue transmitido en cadena por todas las televisoras y preparado intensamente por las Fuerzas Armadas durante las últimas semanas. Otras 8.000 lo presenciaron desde las gradas, vestidas en su mayoría de rojo, el color del partido de gobierno.
El mandatario venezolano debió cumplir una pena de cárcel de tres años por la rebelión de 1992, hasta ser indultado, pero su liderazgo en esos hechos le sirvió para catapultarlo a un popular triunfo en las presidenciales de 1998, cuando fue electo por primera vez.
Este año, Chávez aspirará a un tercer mandato de seis años en las elecciones del 7 de octubre, una vez superado -- según asegura él mismo --, el cáncer que le fue diagnosticado en junio de 2011. 26noticias.com.ar
