Pizzolato huyó a Italia hace aproximadamente un mes y medio, pero no lo hizo desde un aeropuerto brasileño sino desde Paraguay, informó hoy un sitio web de noticias citado por la agencia italiana ANSA.
La justicia lo halló culpable de haber pagado 73 millones de reales (unos 38 millones de dólares), cuando era director de Marketing de estatal Banco de Brasil, a una agencia de publicidad perteneciente a Marcos Valerio, considerado responsable financiero del Mensalao y preso desde anoche.
Condenado a 12 años de prisión y buscado sin éxito anoche por la Policía Federal en su domicilio de Río de Janeiro, Pizzolato señaló en su carta que confía en que la justicia italiana lo juzgue en "un tribunal que no se someta a las imposiciones de los medios empresariales, tal como está expresado en el tratado de extradición entre Brasil e Italia".
La elección de Italia como destino por parte de Pizzolato permite anticipar dificultades para Brasil en caso de que resolviera pedir la extradición, habida cuenta del reciente roce diplomático entre ambos países por la situación del italiano Cesare Battisti, condenado a prisión perpetua en su país por terrorismo y al que Brasilia no sólo se negó a extraditar sino que concedió refugio político.
"Me temo que los italianos, que quedaron molestos por el caso de Battisti, tal vez se vayan a cobrar esa deuda ahora con Pizzolato", opinó hoy el politólogo Marco Antonio Carvalho, de la Fundación Getulio Vargas.
En tanto, Dirceu, quien fuera ministro de la Casa Civil (jefe del gabinete) y hombre fuerte del primer mandato presidencial de Luiz Lula da Silva, se declaró "preso político" y anunció que apelará su condena ante tribunales internacionales.
"Yo me considero un preso político, inclusive en democracia; soy inocente, tengo que luchar para demostrar mi inocencia y voy a continuar luchando para la revisión (de la condena) en las cortes internacionales", dijo Dirceu.
En declaraciones que hizo a un canal de televisión anoche, poco antes de presentarse ante la policía, el exfuncionario subrayó que el de ayer era "el día de la peor injusticia, la injusticia cometida por la Justicia".
Ya en 2005, Dirceu dejó su cargo en el gabinete de Lula -en el que fue reemplazado por la actual presidenta, Dilma Rousseff- debido a las acusaciones de haber comandado la red de sobornos a legisladores conocida como Mensalao (mensualidad), que originó el llamado "juicio del siglo" que el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) sustanció en 2012.
La puesta en prisión de Dirceu y de otros 11 condenados por el Mensalao fue ordenada ayer -feriado nacional en Brasil por el Día de la Proclamación de la República- por el presidente del STF, Joaquim Barbosa, luego de que el plenario del tribunal resolviera el miércoles que las penas podían hacerse efectivas antes de que se analizaran los recursos presentados por los abogados defensores.
Según ANSA, una empresa de servicios a domicilio entregó esta mañana un desayuno para Dirceu en la sede de la Policía Federal en San Pablo, donde el exfuncionario pasó su primera noche preso en una celda de seis metros cuadrados.
Otro de los encarcelados desde anoche es el diputado José Genoíno, quien al momento de denunciarse el Mensalao era el presidente del PT.
Operado recientemente por problemas cardíacos, Genoíno sufrió anoche una suba de presión, por lo que no se descartaba que recibiera atención médica en el predio policial donde está detenido en San Pablo, dijeron fuentes cercanas al legislador.
Fuente: Télam
