Los movimientos incluyeron gestiones directas en procura del apoyo de Marina Silva -la candidata que ayer quedó fuera de carrera pero obtuvo 21,3 por ciento de los votos válidos- tanto por parte del Partido de los Trabajadores (PT) gobernante como del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
En el caso del PSDB, los contactos -telefónicos- estuvieron a cargo de un conjunto de dirigentes encabezados por el líder histórico de la agrupación, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, mientras desde el PT hubo apenas sondeos más discretos, revelaron fuentes cercanas a Silva.
Durante buena parte de la campaña para la primera vuelta, Cardoso promovió de manera entusiasta una alianza entre el segundo y el tercero para derrotar al oficialismo, mientras Silva se quejó a menudo de lo que calificó como "marketing salvaje" del PT.
Sin embargo, Silva aún no dio indicio de qué actitud adoptará frente al balotaje ni si acordará al respecto con el Partido Socialista Brasileño (PSB) que la postuló pero al cual no pertenece.
La dirigente ambientalista -que hoy llamó a Rousseff y a Neves para felicitarlos pero no habló con ellos sobre la segunda vuelta- había advertido anoche que condicionaría cualquier apoyo a un diálogo sobre su programa de gobierno.
Por otra parte, en el propio PSB las opiniones estaban hoy divididas entre el apoyo a Rousseff que alienta el presidente del partido, Roberto Amaral, y la preferencia por Neves que sostiene el compañero de fórmula de Silva y jefe partidario en Diputados, Beto Albuquerque.
Mientras tanto, Rousseff y Neves volvieron a cruzar acusaciones en sus respectivas conferencias de prensa de hoy, en las que, sin embargo, coincidieron en negarle urgencia a la definición de eventuales alianzas para el balotaje.
"No se puede hablar hoy de apoyo; los apoyos no dependen de una sola persona", dijo la mandataria, y agregó que estaba convencida de que los votos de quienes no eligieron a ella ni a Neves en la primera vuelta "se van a dividir" en el balotaje.
"Hay que dar tiempo al tiempo; estamos apenas en el día siguiente de la elección y es natural que las fuerzas políticas dialoguen para saber el camino que van a tomar", advirtió Neves.
La mandataria reiteró esta tarde lo que ya había dicho durante toda la campaña para la primera vuelta: "Votar a Aécio significaría volver a los fantasmas del pasado", a los que personificó en el gobierno de Cardoso (1995-2003), antecesor inmediato de la hegemonía del PT, primero con Luiz Lula da Silva en la Presidencia y, desde 2011, con Rousseff.
"La candidata oficialista habla de los fantasmas del pasado y yo cito a los monstruos del presente: la inflación alta, la falta de crecimiento y la corrupción", le respondió por anticipado Neves, cuya rueda de prensa se efectuó más temprano que la de la jefa del Estado.
"Ya estamos en campaña", subrayó el postulante socialdemócrata, que pareció más cómodo que la presidenta con los resultados de los comicios de ayer y reclamó "una campaña con altura, que es lo que quieren los brasileños, y con respeto, porque respetando a un adversario se respeta a la propia democracia".
Paralelamente, los mercados financieros reaccionaron favorablemente a la entrada de Neves al balotaje -puesta en duda por las encuestas de intención de voto hasta pocos días antes de los comicios-, lo cual quedó reflejado en el alza de 4,72 por ciento del principal indicador de la Bolsa de San Pablo y en la revaluación de 1,50 por ciento del real frente al dólar, destaca el diario Folha de Sao Paulo.
Fuente: Télam