Un sondeo realizado el viernes a 660 personas por el Instituto Datafolha reveló que 66 por ciento aprueba la continuidad de las manifestaciones y 43 por ciento cuestionó la violencia policial, publicó en su edición de hoy el diario Folha de Sao Paulo y recogió la agencia de noticias ANSA.
Otra encuesta, realizada en todo Brasil por la firma privada Ibope y difundida ayer sábado, reflejó que 75 por ciento de los brasileños apoyan las marchas de protesta.
Las manifestaciones callejeras se iniciaron hace dos semanas, en principio sólo en San Pablo y limitadas a reclamar la derogación del aumento dispuesto para las tarifas del transporte público de pasajeros.
Sin embargo, en pocos días se extendieron a todo el país y abarcaron diversos reclamos, entre ellos los de mejor calidad para los servicios públicos y mayor presupuesto para la salud y la educación públicas, así como de rechazo a la corrupción y al gasto estatal para la organización del mundial de fútbol de 2014.
La jornada de mayor tensión fue la del jueves pasado, cuando casi dos millones de personas salieron a las calles de 438 ciudades del país, según un informe de la Confederación Nacional de Municipios (CNM) divulgado por la agencia noticiosa estatal ABR, y se registraron dos muertos, más de 100 heridos y cuantiosos daños.
El viernes, la presidenta Dilma Rousseff, en un mensaje al país, respaldó el derecho de los manifestantes a expresarse pacíficamente, advirtió que no tolerará la violencia y convocó a un "gran pacto" en torno de un nuevo plan para el transporte público, la asignación de todas las regalías petroleras a la educación y la contratación de médicos extranjeros para ampliar la atención de la salud pública.
No obstante, cientos de miles de brasileños volvieron a salir a las calles ayer sábado en al menos 107 ciudades y programaron nuevas manifestaciones para hoy.
Fuente: Télam