Francia, Bélgica y Alemania volvieron a negarse a retirar su veto impuesto al plan estadounidense de despliegue de fuerzas aliadas en Turquía, en caso de una guerra contra Irak.
Esta división entre los miembros de la alianza atlántica, creada con fines defensivos durante la Guerra Fría, puede incluso minar los esfuerzos de la administración de George W. Bush por conseguir apoyo en el Consejo de Seguridad de la ONU a una acción militar contra Irak. (Télam-SNI)