Los hechos ocurrieron en enero de este años, en medio de la ofensiva de 22 días del ejército israelí en la región conflictiva. Fue en el marco del operativo “Plomo Fundido”, que tuvo lugar desde diciembre de 2008 hasta enero de 2009 y que dejó un saldo de 1.400 palestinos muertos, en su mayoría civiles y 13 israelíes.
Según los propios soldados, se usaron palestinos como escudos humanos; se utilizó el disparo de fósforo blanco en zonas de gran densidad de población civil; se destruyeron casas o propiedades privadas que no eran objetivos militares y hasta fueron obligados a disparar "ante la más mínima duda".
Estas “irregularidades” fueron denunciadas ante la ONG israelí llamada “Rompiendo el Silencio” que las hizo públicas en un informe de 150 páginas: “Que no toquen ni un pelo de mis soldados. No voy a permitir que ni uno sólo de mis soldados arriesgue su vida en momentos de indecisión. Si no estás seguro, ¡dispará!". Esa fue la instrucción recibida.
“Nuestra organización se formó unos años atrás, en base a un grupo de conscriptos que durante tres años cumplimos órdenes en la Cisjordania palestina que nos parecían ilógicas y en la práctica, que atentaban no solo a la legitimidad de nuestras acciones contra la población local palestina, sino que contra la seguridad de nuestro país”, dijo Yehuda Shaul, el vocero de esa ONG.
Con este informe, se intenta abrir el debate sobre la conducta moral de los soldados israelíes en los enfrentamientos que deben afrontar. "Cada vez que teníamos que entrar en una casa mandábamos primero a un ´Johnnie´ para comprobar que no había hombres armados dentro", narró uno de los soldados israelíes, en referencia al sobrenombre que se les da a los palestinos usados como escudos humanos. Las víctimas eran niños, una práctica que fue declarada ilegal en 2005 por la Corte Suprema de Israel, y hoy la conciencia no los deja dormir en paz.
"Muchas veces disparábamos sin ver al enemigo delante de nuestros ojos", coinciden muchos soldados en sus conmovedores testimonios. "Te sientes como un niño que prende fuego a las hormigas con una lupa... alguien de 20 años no debería hacer este tipos de cosas", sentenció otro hombre del ejército.
En 22 días de ofensiva aseguraron haber disparado 50 bombas, 32 cajas de municiones de ametralladora de tamaño mediano (más de 7.000 disparos); 20 explosivos de mortero de 60 milímetros y 300 cargas de ametralladora pesada. El ejército israelí se defendió de las acusaciones, dijo que el informe era una calumnia y que esos soldados difamaron.
Lo cierto es que miles de personas murieron durante esos días, y las fotos de las pequeñas víctimas se vieron ante los ojos del mundo.
Fuente/ 26noticias.com.ar
