Desde el inicio de su campaña por la reelección en las parlamentarias de 2015, el lunes pasado, el primer ministro conservador, David Cameron, expresó que deseaba renovar su cargo para, entre otras medidas, lograr un "verdadero cambio" en la relación de su país con la Unión Europea (UE).
La crítica de los conservadores pasa por lo que perciben como una tendencia de la UE a concentrarse en sí misma en respuesta a la crisis.
Cameron afirma que las acciones de la UE para una integración más profunda en respuesta a la crisis de la eurozona no favorecen los intereses del Reino Unido, y uno de sus partidarios declaró que Gran Bretaña quería integrar una UE abierta al mundo.
Desde Dublín, Irlanda, Van Rompuy aclaró que la UE apreciaba y valoraba en grado sumo a Gran Bretaña, "miembro muy importante de la Unión Europea", y agregó que a su juicio mantenerse en la UE como "un miembro completo muy activo y una nación líder" estaba en el interés británico.
Desde Londres, el estadounidense Gordon aseveró que Washington está a favor de "una UE que mire hacia el Exterior con el Reino Unido en ella", y se refirió a la creciente incidencia de la Unión Europea en los asuntos mundiales, donde a su vez los Estados Unidos quieren ver una "fuerte voz británica".
Gordon tocó el nervio sensible de todo el asunto (la eventual disgregación de la UE y la Eurozona) cuando se refirió a la voluntad democrática del pueblo británico, al decir en relación al posible referéndum que este tipo de consultas populares tienden a volcar a los países "hacia adentro".
Un referéndum en el Reino Unido, aclaró además, también generaría "preocupaciones sobre el debate interno en la UE sobre sus estructuras despuésde la crisis de la eurozona".
A los críticos se sumó también la premier irlandesa, Enda Kenny, quien actualmente ejerce la presidencia rotativa de la UE. Según ella, sería un "desastre" que el Reino Unido abandone la unión.
En una carta al Financial Times, inclusive importantes líderes empresarios británicos advirtieron a Cameron que no arriesgue la membresía británica en la UE.
Fuente: Télam