Dos semanas después del hecho, el Gobierno chino acusó al Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM), la más conocida de las organizaciones que reclaman la independencia de Xinjiang, de realizar el ataque ocurrido en el corazón de la capital china.
Este fue el primero de una cadena de ataques perpetrados en los últimos meses dentro y fuera de la región de Xinjiang, como el que ocurrió en la estación ferroviaria de la ciudad de Kunming, en el suroeste de China, en el que murieron 33 personas.
Fuente: Télam