El jefe del Estado señaló que "la lucha contra el terrorismo exige también tomar todas las precauciones" y advirtió que dio la orden al primer ministro, Jean-Marc Ayrault, de que el refuerzo de ese plan, que actualmente se encuentra en el nivel "rojo", tenga lugar "lo antes posible".
La declaración de Hollande, de apenas cuatro minutos de duración, se produjo desde el Palacio del Elíseo, tras un consejo de Defensa sobre la evolución de la situación en esos dos países africanos que reunió entre otros a los titulares de Exteriores, Laurent Fabius; Defensa, Jean-Yves Le Drian, e Interior, Manuel Valls.
Holande precisó que en particular mandó a reforzar la vigilancia de los "edificios públicos y las infraestructuras de transporte".
El anuncio llegó después de que Ansar al Din, uno de los grupos yihadistas que lanzaron el jueves una ofensiva contra la ciudad maliense de Konna, afirmó que Francia "pagará caro" el apoyo prestado al Ejército de ese país africano.
"Nuestra misión (en Mali) no acabó", insistió hoy Hollande, según el cual Francia pretende "preparar el despliegue de una fuerza de intervención africana para permitir que Mali recupere su integridad territorial".
Con esa misión prioritaria, el jefe del Estado indicó que dio "todas las instrucciones" para que los medios utilizados se limiten a ese objetivo, que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional "en su conjunto" y que es saludado por los países africanos.
Hollande justificó la intervención en Mali por "la agresión terrorista" que amenaza a Africa, y lamentó la muerte de un piloto francés en la ofensiva aérea lanzada en ese país.
"Las fuerzas armadas francesas proporcionan apoyo a las unidades malienses en el combate contra estos elementos terroristas. La operación durará el tiempo necesario", dijo Hollande en una declaración que dio a conocer ayer en el Elíseo, mientras la diplomacia francesa buscó acelerar su pedido para que la ONU autorice la puesta en marcha de una operación militar internacional.
De esta forma, Hollande acudió al llamado del presidente interino maliense Traoré Dioncounda, quien le solicitó por carta una intervención en un país donde los fundamentalistas islámicos tienen seis ciudadanos franceses secuestrados.
La antigua colonia francesa en el continente negro siempre fue considerada como un ejemplo de democracia en el Africa francófona por los políticos galos, pero a partir de marzo pasado, el norte de Mali quedó bajo el control de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y otras milicias similares.
En medio de esas circunstancias, un movimiento militar en Bamako intentó dar un golpe de estado para poner fin a la inercia oficial contra esos grupos salafistas, que impusieron allí las formas más primitivas y brutales de la sharía (ley islámica).
Asimismo, el desértico Norte de Mali venía sufriendo de inestabilidad desde la caída del gobierno libio de Muammar Kadaffi, que provocó masivas migraciones y puso en movimiento diversas fracciones islámicas vinculadas a Al Qaeda.
La intención de los islamistas de conquistar el sur del país, donde cuentan con un alto grado de apoyo popular, aceleró el jueves pasado la intervención gala.
Francia pretendía una operación militar africana con apoyo francés e internacional, pero ahora se encuentra en Malí en la primera la primera línea de fuego.
Por su parte, Estados Unidos expresó hoy que podría aportar ayuda "logística" sin enviar militares al país africano, según informó la Casa Blanca, que dice "compartir el objetivo anti terrorista de París".
La intervención francesa está amparada por una resolución de la ONU de fines de diciembre, remarcó el ministro de Defensa, que subrayo la importancia de la ayuda en el terreno por parte de militares de Nigeria y Senegal. Al tiempo que otros Estados de Africa del oeste, comunicaron a Francia su intención de enviar tropas a Mali.
Durante la jornada de hoy, el ejercito maliense sostuvo que atacó los "últimos focos de resistencia" en la ciudad de Konna, en el centro del país, que fue liberada ayer.
Una centena de islamistas habrían resultado muertos, según el lugarteniente maliense Fané, en declaraciones que retomó el diario Le Parisien.
En tanto, los helicópteros franceses atacaron ayer por la tarde a vehículos de los fundamentalistas islámicos en Sevara (a 70km de Konna), quienes "huyeron a refugiarse en la selva".
El ataque aéreo francés dejó la primera víctima gala, Demien Boiteux, quien fue alcanzado por un disparo cuando se encontraba a bordo de un helicóptero Gazelle.
Asimismo, el ministro Le Drain, que evitó dar cifras sobre la operación militar pero reconoció que "varias centenas de soldados están comprometidos en esta misión", anunció que tropas francesas se encuentran desplegadas en la capital para "brindar seguridad, principalmente a los 6.000 franceses que residen en Bamako".
La intervención militar francesa tendrá "consecuencias" para los residentes galos en el mundo musulmán, declaró hoy un portavoz del grupo rebelde Ansar Dine.
La operación en Mali, denominada Serval por el nombre de un felino del desierto de Sahel, cuenta con un comando "a nivel táctico" basado en la ex colonia francesa", y una "estratégica" en París, indicó, por su parte, Edouard Guillaud, jefe mayor del ejército galo ante los medios presentes en el ministerio de Defensa.
Anoche, también realizó una operación militar en otro país africano: Somalia, para intentar rescatar a un militar secuestrado por islamistas ligados a Al Qaeda.
No obstante, la operación llevada a cabo por militares de élite terminó en fracaso, según el ministerio de Defensa galo, pues dos militares franceses murieron, mientras corren versiones contradictorias de ambas partes sobre la suerte del rehén francés, en la misión "17 terroristas fueron abatidos por los militares franceses".
"Las dos operaciones están totalmente desconectadas. No hay un lazo entre ellas, la intervención francesa en Mali no estaba programada, lamentablemente hay una conjunción en el tiempo", expresó esta mañana el ministro de Defensa Jean-Yves Le Drian, ante la prensa.
Fuente: Télam