De las muertes ocurridas el año pasado, 6.566 víctimas eran hombres que se encontraban en edad reproductiva, es decir, el 91,6 por ciento del total. La violencia también cobró la vida de 606 mujeres, lo que representa el 8,4 por ciento restante.
La última Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas arrojó que en el país existen 3.400.000 infantes, que representan el 42,8 por ciento de la población.
El informe indica que unos 202.000 niños son huérfanos, y de ellos, un 40,7 por ciento (82.000) perdieron a su padre por causa de un homicidio, reportó la agencia Prensa Latina.
La orfandad afecta más a los pobres, con la mayor proporción de hijos que perdieron a su progenitor en los primeros quintiles de ingresos más bajos, por ser los sectores más expuestos a la inseguridad.
"El otro lado de la moneda", mencionado por el Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa), es que ese trágico saldo de la violencia también desencadena "explotación económica, sexual, maltrato físico y sicológico".
Como resultante de ese tétrico panorama, ese instituto destacó que muchos huérfanos de padres, supuestamente andaban "en malos pasos", como la venta de drogas y la integración de pandillas juveniles.
Solo en el Ihnfa, agregó, se atendieron unos 5.000 niños involucrados en esos ilícitos, en su mayoría huérfanos de padre o madre por hechos de violencia.
"La mayoría de niños que llegan a esta institución, generalmente proceden de padres o madres fallecidas en esas circunstancias", lamentó el jefe de Restitución y Protección de Derechos del Ihnfa, René Arita.
Unos 202.000 niños son huérfanos, y de ellos, un 40,7% (82.000) perdieron a su padre por causa de un homicidio
También comentó que muchas adolescentes salieron embarazadas (del instituto), y al morir en la calle, muchas veces sus hijos engrosaron el batallón de desamparados.
Otra cantidad considerable de niños que sufren estos embates de la violencia, dijo, se quedan al cuidado de personas que los envían a pedir dinero a las calles.
"Resulta difícil contar con una estadística exacta del número de mujeres que se quedan sin pareja cada año, debido que las autoridades no registran ese tipo de información", precisó Arita.
Las viudas se ven obligadas a enfrentar la vida solas, tal vez con entre dos a cinco hijos a su cargo (el promedio de honduras es de tres niños por familia), "debido a que sus esposos murieron en balaceras, aparecieron envueltos en sábanas o perecieron por razones desconocidas", señaló.
El psiquiatra Javier Uclés opinó al respecto que ante esa estremecedora situación muchos niños "enfrentan un doble impacto psicológico, dependiendo de su edad y de si presenciaron el terrible momento en el que les arrebataron violentamente a su ser querido".
Los niños afectados de la dramática problemática "se vuelven callados, aislados, tristes, lloran, manifiestan pesadillas, no pueden dormir o quedarse solos, e incluso muestran patrones de rebeldía y llegan al extremo de intentos de suicidio", manifestó el especialista.
Uclés lamentó que "a nivel de instituciones de gobierno no existe ayuda para los huérfanos por hechos violentos".
"En el sistema sanitario y de salud mental no existe ninguna ayuda gubernamental, con el agravante que se registra una cantidad terrible de muertes violentas en las que el Estado no tendría la capacidad de atención (psicológica) en lo más mínimo", expresó.
Los que más sufren esta situación son los huérfanos provenientes de hogares pobres (la mayoría), "al no poder acceder a la atención de profesionales privados".
Honduras ostenta el nivel más alto del mundo en homicidios violentos dentro de los países que no está en guerra: 82 muertos cada 100.000 habitante, según informes de Naciones Unidas (ONU).
Fuente: Télam