El entonces nuevo embajador del Reino Unido en Lisboa Alexander W. Ellis admite en el cable que envía a su homólogo norteamericano, Alfred Hoffman, que la policía británica había hallado pruebas contundentes contra los padres de la niña desaparecida.
Según escribe Hoffman, Ellis "no entró en los detalles del caso", pero "admitió que había sido la propia policía de su país quien había desarrollado las pruebas".
El embajador británico contó también en ese documento que los cuerpos de seguridad de ambos países "estaban trabajando de forma coordinada" en el caso, y sobre la gran atención mediática levantada, dijo que "era esperable y aceptable, siempre que los representantes del gobierno mantuvieran sus comentarios a puerta cerrada".
Ellis recomienda discreción absoluta para mantener el caso en secreto con el gobierno portugués.
Pero, sobre todo, admite en privado lo que los portavoces de la familia y del gobierno británico nunca admitieron en público: que el paso de los padres de Madeleine, Gerry y Kate, de denunciantes a sospechosos se había debido a las pruebas obtenidas por la policía británica desplazada a Algarve.
Muchos medios locales e internacionales contaron en detalle lo que Alexander Ellis confirmó en secreto: que fueron los detectives británicos especializados, con la ayuda de dos perros traídos desde Inglaterra, quienes hallaron la evidencia de la posible muerte de Maddie (olor a descomposición, sangre y restos de fluidos corporales) tanto en la pared del apartamento como en el maletero del coche que los McCann habían alquilado.
Este hallazgo, junto con contradicciones mostradas por amigos y padres de la víctima, llevó a la policía lusa a declarar a Kate y Gerry Mc Cann como arguidos (sospechosos, en el sistema judicial portugués) y a tomarles declaración el 6 de septiembre durante casi 11 horas.
Tres días después, los McCann se fugaron al amanecer desde Praia da Luz hasta el aeropuerto de Faro y de allí a Inglaterra. El 21 de julio de 2008, el fiscal general de Portugal decidió cerrar el caso y absolvió a los padres por falta de pruebas concluyentes. (Infobae)