En las expulsiones estuvo correcto, pero también debió amonestar o expulsar a Ariel Ortega cuando sancionó con la tarjeta roja a Julio Cáceres.
Durante el partido sancionó mal faltas menores, no cobró otras y el marco del partido más importante del fútbol argentino le quedó grande.
Pero el hecho más curioso de su arbitraje fue que esta vez no paró el partido por cantos racistas, como hizo cuando los hinchas de Vélez les cantaron a los de Boca que eran todos “bolivianos y paraguayos”, por la Copa Sudamericana.
El cuarto árbitro, Carlos Maglio, le avisó en el segundo tiempo a Laverni de estos gritos, pero el árbitro hizo gestos como pidiendo que se pida por los parlantes de la cancha se pida que no se canten más esas cosas.
Igualmente nunca paró el partido. Laverni fue acusado de ser racista en Jujuy, por la dirigencia de Gimnasia y Esgrima de Jujuy.