Sólo en el comercio de bienes, hubo un crecimiento de 28 billones de dólares en 2002 a casi 77 billones de dólares el año pasado, con un superávit de 11,6 billones de dólares a favor de Estados Unidos, conforme a la Oficina de Censos de ese país.
Brasil es el tipo de socio que le sirve a Estados Unidos pues además de mantener alrededor de 300.000 puestos de trabajo en el vecino del norte, compra productos como partes de aviones, maquinaria y plásticos.
Las exportaciones de Estados Unidos a Brasil entre 2002 y 2011 se triplicaron y alcanzaron los 20.000 millones de dólares.
Por otro lado, Brasil envía alumnos bajo su programa de becas "Ciencia sin fronteras" de 3.000 millones de reales (unos 1.500 millones de dólares) a facultades de Estados Unidos.
Mientras tanto, compañías brasileñas sacan provecho de los mercados de capitales de Estados Unidos para inversiones en el sector privado.
La alianza entre ambos es estratégica. El mes pasado el vicepresidente norteamericano, Joe Biden aseguró en una visita a Brasil que este era un país desarrollado y destacó que la presidenta Dilma Rousseff es una socia muy buena, debido a "coincidencias en varios temas", reseñó la cadena Telesur.
En esa oportunidad, el funcionario remarcó que el gobierno de Barack Obama apostaba por profundizar las relaciones con el gobierno brasileño y confirmaba una futura "agenda ambiciosa".
Estados Unidos, primera economía mundial y Brasil, la séptima, tienen una relación comercial que está en los 100 millones de dólares al año y, según Biden, con miras en "intensificar".
En ese contexto, el gobierno brasileño confirmó la visita de Estado de la presidenta Rousseff a Washington para el próximo 23 de octubre.
Sin embargo, la denuncia de espionaje realizada por Edward Snowden, un exempleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), generó tensión en la relación entre ambos países y molestia en el gobierno brasileño quien ayer pidió explicaciones a Kerry.
En rueda de prensa, el canciller Antonio Patriota, tras elogiar las relaciones comerciales aludió a las denuncias hechas sobre el espionaje y recordó que Brasil ha exigido a Estados Unidos que las aclare, aunque apuntó que las explicaciones pedidas "no son un fin en sí mismas" y "no bastan", pues lo que es "necesario" es "terminar con esas prácticas".
Kerry trató de minimizar el impacto y subrayó a la prensa que es necesario "mirar hacia adelante", y que "en el caso de Brasil, se seguirá dialogando para que haya certezas y el Gobierno entienda y esté de acuerdo con lo que Estados Unidos debe hacer para garantizar su seguridad y la seguridad del mundo en general".
En concreto, pese al reclamo de terminar con prácticas "que atentan contra la soberanía", Kerry dijo que su país seguirá haciendo "lo necesario" para preservar la "seguridad de los estadounidenses".
Por la noche, la propia presidenta Dilma Rousseff le pidió explicaciones a Kerry sobre el espionaje durante el encuentro que ambos mantuvieron, pero según fuentes oficiales, las respuestas no fueron satisfactorias.
"No estamos satisfechos con las aclaraciones prestadas", expresó el ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo, durante un encuentro con legisladores en la Cámara de Diputados, al aludir a las justificaciones presentadas por el secretario de Estado norteamericano durante su visita, reportó hoy la agencia DPA.
Con un paisaje diplomático tan deteriorado analistas consideran que la visita de Estado de Rousseff, la primera desde 1995, no irá más allá de un evento de gran relevancia, pero sin avances sustantivos en la agenda bilateral.
Fuente: Télam