"La Constitución protege a todos los ciudadanos de registros indiscriminados", precisó Paul en rueda de prensa tras presentar la demanda, tras meses de amenazar con ejercer acciones legales, luego de que se conocieran las prácticas ilegales de los servicios de inteligencia estadounidenses el año pasado.
"Espero que este caso llegue al Tribunal Supremo e intuyo que el pueblo americano va a ganar", dijo el senador republicano cuya.
querella incluye al director nacional de Inteligencia; al director de la NSA y al director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), informó la agencia de noticias EFE.
Paul publicó un video en YouTube colgado en su web en el que comparó al actual programa de espionaje norteamericano con los registros sin órdenes judiciales, como los ordenados por el gobierno británico, ejecutados por los militares en las colonias antes de la independencia y la creación de los Estados Unidos.
El espionaje masivo de Estados Unidos se conoció en junio de 2013, cuando el ex técnico de la CIA Edward Snowden filtró documentos que revelaron esta práctica ilegal que comenzó bajo la Administración republicana de George W. Bush tras los ataques del 11-S y continuó bajo el mandato de Obama.
El espionaje fue realizado a través de la NSA, que recolectó información de decenas de millones de llamadas telefónicas de ciudadanos norteamericanos, aunque también tuvo acceso directo a los servidores de nueve empresas de Internet, incluídas­ Facebook, Google, Microsoft y Yahoo, a través del programa Prism.
Paul recordó que la recolección masiva de datos fue declarada inconstitucional por varios tribunales, entre ellos el de la ciudad de Washington en diciembre pasado.
La querella la presentó junto a Matt Kibbe, presidente de FreedomWorks, grupo alineado al Tea Party, y Ken Cuccinelli, ex fiscal general del estado de Virginia, que no logró dar el salto a la mansión del gobernador en las últimas elecciones.
El senador, que enfrenta su reelección en 2016 y que tiene aspiraciones a la Casa Blanca, llamó a través de su web a que 10 millones de estadounidenses firmen la demanda colectiva.
Fuente: Télam