Según estos datos preliminares difundidos por medios locales, ese partido islamista conseguiría el 46,5% de los votos a nivel nacional, una cifra que supera por siete puntos porcentuales los resultados que había obtenido en los últimos comicios municipales en 2009.
En las dos principales ciudades del país y epicentros de las protestas del año pasado, Ankara y Estambul, los datos que ofrecen los medios muestran, en cambio, un resultado muy apretado entre el AKP y su principal competidor, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP).
La jornada había comenzado con largas colas en los centros de votación y un clima de calma, sin embargo, al avanzar el día la tensión que domina la política turca últimamente se hizo sentir.
El enfrentamiento más importante se registró en la provincia de Sanliurfa, en el sureste del país, donde seis personas murieron en una pelea entre partidarios de candidatos del oficialismo y del partido prokurdo Paz y Democracia.
En tanto, en Hatay, también al sureste del país, otras dos personas fallecieron en una disputa entre candidatos.
Pero la violencia no se circunscribió solamente a esta región. Incidentes similares dejaron una treintena de heridos, 14 de ellos de gravedad, en otras cinco localidades turcas.
Una de ellas fue Kucukcayir, la localidad natal del primer ministro Erdogan. Allí un policía resultó herido al tratar de separar a dos candidatos.
Mientras tanto, en Estambul, dos activistas de la red de protesta Femen irrumpieron en el colegio electoral donde usualmente
acude a votar Erdogan, y se descubrieron el pecho para mostrar el mensaje "Prohiban a Erdogan", antes de ser arrestadas.
Los comicios locales llegaron en un momento de especial tensión para el gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, como quedó demostrado con la decisión de bloquear el acceso a Twitter y a la plataforma de video online YouTube en el último tramo de la campaña electoral.
En el último año, Erdogan se ganó la férrea oposición de los partidos de izquierda, los grupos ambientalistas, nacionalistas y laicos durante las multitudinarias manifestaciones que comenzaron como una protesta contra la destrucción de un simbólico parque en Estambul y se convirtieron en un movimiento antigubernamental.
Tras meses de represión, intercalados con momentos de negociación, el movimiento de protesta se desactivó en las calles.
Pero la calma duró poco en el gobierno turco.
Hacia finales del año pasado, el mayor escándalo de corrupción estatal en décadas estalló cuando la policía comenzó a allanar casas de ministros y a detener a funcionarios.
No se conocen los detalles de la investigación, pero tres ministros y varios diputados oficialistas ya renunciaron, y Erdogan se lanzó en una inédita ofensiva pública contra la cúpula policial y los fiscales del país.
Por eso, las elecciones municipales de hoy serán leídas por el oficialismo y la oposición como una prueba de popularidad de Erdogan, después de un año muy complicado.
Fuente: Télam