-¿Nunca dudaste que ibas a ser el titular, especialmente, por tu falta de continuidad en Francia?
-La verdad, no. Siempre supe que iba a ser titular. Me tenía mucha confianza. En estos últimos tres meses, tenía la cabeza puesta en llegar de la mejor manera a Ezeiza. Alejandro me dejó jugar cada amistoso, cada partido de las Eliminatorias, hasta los últimos dos que se hicieron en Argentina y fueron la despedida. Eso hace que uno tenga ritmo. Con ese respaldo, lo que queda es trabajar duro para hacerle una buena devolución al técnico.
-¿No sentís que seguís estando bajo la lupa? ¿Cómo hacés para convivir con las críticas?
-A la presión la tomo como un alimento para rendir más en el arco. Y cuando soy criticado, me esfuerzo más para hacer mejor mi trabajo. El domingo, contra Bosnia, hice un buen partido, me fui contento, a pesar del gol. La pelota me pasó por el medio de las piernas cuando podía haberme pegado en el pecho. Pero nunca dudé, siempre estuve firme mentalmente. Y creo que me demostré a mi mismo que puedo ser el arquero de la Selección.
El polémico 5-3-2 que tanto ruido hizo puertas adentro forma parte de la entrevista con Romero, claro. Sin embargo, el número uno misionero relativiza la importancia del parado y se suelta en el diálogo: “Para mí, jugar con tres, cuatro o cinco defensores es lo mismo. Si tengo cinco, organizo a los tres centrales. Si tengo cuatro, a dos. Lo importante es que ganamos con los dos esquemas. Y hay algo más importante: el compromiso que tiene este equipo con la causa. Sin ir más lejos, contra Eslovenia, Leo bajó a buscar una pelota a la mitad de la cancha. Y la gente lo reconoce. Hace tres años, se había perdido el sentimiento por la Selección”.
-¿En algún momento sentiste que no le daban al hincha lo que esperaban de la Selección?
-En Sudáfrica, sacando Alemania, hicimos un gran Mundial. Ese partido nos condenó. Pero la gente se desencantó cuando nos quedamos afuera en la Copa América en nuestra propia casa. Entonces, demostramos que Argentina estaba viva desde la llegada de Sabella. Jugamos en Sudamérica, Europa, y ganamos muchos partidos. La gente se dio cuenta de las ganas que pusimos. Por eso llenó el Maracaná. Fue impactante.
-¿Hasta dónde puede llegar este equipo?
-Somos una Selección que encontró una identidad de juego hace mucho tiempo. Después del sufrimiento en el Monumental, cuando empatamos con Bolivia, fuimos a Barranquilla y ganamos. Tuvimos una racha de partidos sin perder que fue increíble. Nosotros nos queremos quedar los 30 días y ganar la final del Mundial.
-¿Y cómo hacen para no pensar más allá de esta primera fase en la que los rivales son de menor jerarquía? ¿Eso no los exige más?
-Ojo que se viene Irán y es un equipo rápido, que tiene un buen número “9”. No podemos pensar más allá. Sabemos que tenemos que superar lo que hicimos en Sudáfrica. A eso apuntamos.
Fuente | Clarín.com