Uno de ellos es la obesidad, debido a que las grasas acumuladas interfieren la función de la insulina y provocan una resistencia a ésta, y otro es una dieta con exceso de carbohidratos simples (azúcares). En tanto, el hábito de fumar representa uno de los riesgos más importantes: existe una firme asociación entre el tabaquismo y la posibilidad de padecer diabetes y ambos tienen incidencia en la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, y frente a todos estos factores de riesgo, los especialistas destacan que el mayor problema de los diabéticos no es la posibilidad de entrar en coma por exceso o falta de glucosa, sino la enfermedad arterial.
"La diabetes ataca tanto a las arterias que alguna vez se ha dicho que en realidad es una enfermedad de las arterias que cursa con elevado nivel de glucosa en sangre", explicó José Álvarez, miembro del Comité Organizador del Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista (SOLACI) y el Colegio de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) que tendrá lugar en Buenos Aires en agosto próximo.
Según el cardiólogo, las arterias perjudicadas son tanto las pequeñas como las grandes. En el caso de las primeras, se ven afectados especialmente los nervios (neuropatía), los riñones (insuficiencia renal) y la visión (retinopatía y glaucoma). En tanto, en las grandes arterias la diabetes ataca principalmente la circulación coronaria (insuficiencia coronaria, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca), las piernas (falta de irrigación que puede llevar a la amputación) y la circulación cerebral (mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares).
"Se calcula que en el mundo hay 170 millones de diabéticos y que para el año 2030 habrá más de 350 millones, por lo que si bien no es una enfermedad infecciosa se está considerando una verdadera pandemia, es decir una epidemia a nivel mundial" , aseguró Álvarez.
Por la forma en que esta enfermedad afecta a las arterias, las principales causas de muerte en pacientes diabéticos son las enfermedades cardiovasculares. Se estima que estos enfermos tienen entre cuatro y seis veces más probabilidades de tener un problema cardiovascular que la población general, lo que constituye un importante problema sanitario a nivel mundial.
La diabetes y las enfermedades coronarias
Álvarez sostuvo que cuando hay obstrucciones en las grandes arterias, muchos de estos pacientes necesitan de cirugía de bypass o angioplastia con stents, pero a pesar de que ambas mejoran significativamente los déficit importantes de irrigación, los resultados en el largo plazo son peores que en los pacientes no diabéticos con la misma enfermedad arterial. En el caso de las cirugías de bypass, el riesgo operatorio también es mayor en pacientes con diabetes.
En cuanto a las angioplastias con stent, el experto explicó que los pacientes diabéticos tienen más riesgos de ver nuevamente obstruidas sus arterias por el desarrollo de una cicatriz exagerada que se mete dentro de éstas y obliga a repetir la intervención (reestenosis). O, en otro caso, de formar coágulos que obstruyan bruscamente el vaso , que aunque sea poco frecuente, cuando sucede se traduce en general en un infarto de miocardio que puede ser fatal.
Fuente:Infobae