Según indicó Xeysotl Rodríguez Isidro, psicóloga y especialista en el tratamiento para dejar de fumar del CIJ, un 60% de los adolescentes consultados afirmaron que comenzaron a fumar por “curiosidad”. Esta cifra fue seguida por los que lo hicieron por “presión de los amigos”, los que se iniciaron por “imitación de amigos y familiares”, y los que lo hicieron por “depresión”.
También se detectaron casos en los que los mismos padres son los que mandan a sus hijos a comprar cigarrillos, o incluso les piden que se los enciendan, lo que llevó a los chicos a adquirir el hábito.
“De acuerdo a estudios realizados en las escuelas, de cada 100 niños que tienen papás fumadores, al menos 13 de ellos se convierten en consumidores de tabaco con el pasar de tiempo, y es que cuando se les pregunta por ejemplo si sus padres fuman en el coche entre uno y cuatro levantan la mano, diciendo que sí lo hacen”, señaló Rodríguez Isidro, según publicó el sitio web Tabasco Hoy.
Asimismo, agregó: “Hemos tenido pacientes que dicen que sus padres les pedían que se los encendieran, y cuando lo hacían, antes de entregárselo le daban su sorbo”.
Fuente: saludable.infobae.com