“Las células que ingresaron al cuerpo de Joaquín –y también al de Agustiín- están siendo rechazadas por la médula de origen y están atacando órganos muy delicados como el hígado y los pulmones”, explicó.
“Estamos dentro de un pozo que parece no tener salida. Vivimos el momento más difícil. Joaquín y Agustín esperan otro milagro”, advierte con profunda angustia el familiar. Ambos chicos contrajeron “injerto contra el anfitrión”.
“Tenemos muchísima mala suerte, en el caso de Agustín, el rechazo de células puede aparecer en un 60 por ciento de posibilidades ya que su donante fue no parental. Pero Joaquín recibió la médula de su hermana, Sofía, así y todo y dentro del 30 por ciento de posibilidades que existían, le pasó a él”, señaló el familiar.
Por estos días, Agustín sufre graves problemas en la piel y algunas complicaciones cerebrales, mientras que Joaquín debe tolerar fuertes medicaciones, con lo que puede sufrir secuelas graves.
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