Uno de los cuatro protagonistas fallecidos era Leonel Guerra, un ex militar chileno que colaboró con el gobierno de Augusto Pinochet y que terminó muerto en una calle porteña con el corazón paralizado por el frío, mientras dormía en la calle.
Otro era Roberto Rey, un ex actor de La Revista Dislocada, que murió de cáncer de próstata, el terceroera Reinaldo Pantuso, quien también era un "sin techo" y padecía de varias enfermedades, terminó de manera sangrienta: fue acuchillado en la cancha de Ferro cuando vendía panchos y lo asaltaron para sacarle la poca plata que había logrado hacer esatarde y la cuarta, una mujer que se llamaba Delia Canesa, quien en su juventud había sido elegida Mis Sonrisa en la ciudad bonaerense de Miramar y antes de convertirse en una "sin techo" fue militanteecologista, murió de un problema coronario del que no se pudo atender en la calle.
Los cuatro y otros nueve "sin techo" fueron convocados por Tokman para contar sus historias, en un film que mezcla la ficción con la realidad, denominado "La sombra de las luces".
{adr}La película se proyecta todos los martes en La Manzana de las Luces, por el sistema de pago voluntario conocido como "a la gorra" y ese dinero se destina a los necesitados protagonistas, quienes usan esa plata para dormir "al menos una noche a la semana más calentitos".
Un quinto miembro del grupo, Mario Lutona, dejó las calles de Buenos Aires y se fue a cuidar una casa en el partido de Pilar; y un sexto desapareció tras viajar a Chile para reencontrarse con su familia, pero según se pudo averiguar, el hombre no pasó de Santiago y jamás llegó a Valparaíso para cumplir su objetivo.
Los otros protagonistas de la película son Juan Carlos Chamorro -a quien llaman "El Soñador"-; Carlos Cáceres -conocido como Olmedo, por ser un vecino de "El Negro" en Rosario-; María Gómez, Víctor Aramayo, Juan Carlos Frontini, Mercedes Martino, Héctor Ruiz y quien solo se presenta como Horacio.
Los nueve se reúnen en la zona de la Manzana de las Luces antes de cada función, reparten volantes de invitación en la zona, acompañan a los espectadores por los laberintos del edificio colonial de Perú al 200 y les cobran la entrada.
Tokman explicó a Télam que en su convivencia con los vagabundos se acostumbró a "tener la muerte muy cerca. Es algo habitual, de todo los días, entre ellos. Siempre muere mucha gente por vivir en la calle, por estar tirados, andar desnudos, no tener atención sanitaria y revolver la basura".
Ahora, el cineasta está empeñado en conseguir una casa vieja o un galpón y un reproductor de video "para sostener este proyecto y darle trabajo a mis compañeros de trabajo, a los que podría emplear y darles un hogar donde vivir".- (Télam)