Jorge Antonio Diaz, Jorge Giser y Elena Schargordsky estaban en "Jet Parking" el viernes anterior al atentado y tal vez fueron los únicos que se vieron cara a cara y hablaron con uno de los terroristas o un cómplice encargado de dejar allí el "cochebomba", como último paso antes de hacerlo detonar en Pasteur 633 a las 9.53 del 18 de Julio de 1994.
Los tres están citados para mañana desde las 14.30 como testigos en el juicio oral y público a los acusados de integrar la "conexión local" del ataque que dejó 85 muertos y centenares de heridos.
El viernes 15 de Julio de 1994, a las 18, una Trafic llegó a la entrada de "Jet Parking" en Azcuénaga 952, a escasas cuadras de AMIA y a metros de las Facultades de Medicina, Ciencias Sociales y el hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires.
Jorge Antonio Díaz estaba en la boletería de Jet Parking y su vista se posó en la camioneta porque el conductor no lograba hacerla subir a la vereda. "Le quedaron dos ruedas en la vereda y dos adentro", recordó.
El chofer no podía ponerla en marcha hasta que, de la nada, apareció otro individuo que con gestos se ofreció a ingresarla, subió al vehículo sin aguardar una contestación y estaciónó la Trafic contra un paredón, dentro del estacionamiento. Luego, se fue.
Poco después el primer individuo se enfrentó al gerente de "Jet Parking", Jorge Giser, quien cobró la estadía y confeccionó una ficha en la que el conductor se identificó como "Carlos Martínez", dio un falso domicilio en el hotel Las Américas y un documento que pertenecía a otra persona.
Sólo dos años antes, la camioneta Ford F100 que detonó en la Embajada de Israel el 17 de marzo de 1992, había seguido un camino muy parecido: esperó estacionada en una playa subterránea de Cerrito y Juncal, a metros de la sede diplomática, el momento de ser conducida hacia el primer ataque del terrorismo internacional en el país. (Télam)