Unos 38 millones de toneladas anuales –el 40 por ciento de la pesca mundial-, no es utilizada, se descartada o no está regulada, según un informe científico producido, entre otros, por el Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
El informe “Definición y estimación global de la captura incidental en la pesca marina” (Defining and estimating global marine fisheries bycatch), calcula que cada año al menos 38 millones de toneladas de pescado, es decir, el 40 por ciento de lo que se extrae de nuestros océanos por parte de las actividades pesqueras, no están reguladas o no son utilizadas y deben considerarse como captura incidental.
"La salud de nuestros océanos no se puede reestablecer y la gestión de la pesca no puede ser sostenible, si el 40 por ciento de la captura pesquera mundial no se utiliza ni regula", sostuvo James Leape, Director General de WWF Internacional.
Los barcos pesqueros van al mar, además de los peces que salieron a buscar, también capturan millones de toneladas de otras formas de vida marina, lo que comúnmente se denomina captura incidental o bycatch. La captura de los llamados peces "no-objetivo" y de otras criaturas marinas a menudo se produce sin monitoreo ni control.
La redefinición de captura incidental como “todo aquello que los pescadores extraen de nuestros océanos y no es utilizado o no está regulado", va mucho más allá de las anteriores estimaciones globales, que se centran principalmente en la captura que se tira al mar (o descarte), cifra que varía de 7 a 27 millones de toneladas al año, señaló un comunicado difundido por Fundación Vida Silvestre.
"En muchos casos, los peces y animales marinos son devueltos al mar muertos o moribundos, e incluso si la captura incidental se utiliza no hay forma de saber si era sostenible para su captura en primer lugar. Se trata de una forma insidiosa e invisible de sobrepesca", añadió Amanda Nickson, Líder de la Iniciativa de Pesca Incidental de WWF y co-autora del documento.
El informe, que se publicará en una próxima edición de la principal revista de estudios sobre políticas oceánicas, Marine Policy, calcula la proporción de la captura incidental de pesca en 46 países y dos pesquerías globales: atún y aletas de tiburón.
En el noreste del Atlántico, por ejemplo, una quinta parte de las capturas totales se arroja por la borda. El peor de los casos, probablemente, es el de la pesca de tiburones dirigida exclusivamente a sus aletas, lo que genera que el 92% de lo que es capturado se descarte en el océano.
“En el Mar Argentino, el descarte de toneladas de juveniles de merluza ni siquiera tiene estimaciones actualizadas pese a ser uno de los problemas centrales para la recuperación de este recurso”, agregó Guillermo Cañete , coordinador del Programa Marino de la Fundación Vida Silvestre Argentina, organización asociada a WWF.
"Además de garantizar que todas las actividades pesqueras se regulen adecuadamente, existen métodos sencillos y comprobados, tales como artes de pesca más selectivos y observadores en los buques pesqueros, que podrían reducir la captura incidental Pero deben ser la regla, en el marco de gestiones marinas sostenibles en el largo plazo, y no la excepción”, precisó Nickson.
De acuerdo con WWF y Vida Silvestre, la captura incidental genera costos de tiempo y dinero para los pescadores y contribuye a la sobrepesca, pone en peligro futuros ingresos, el sustento de miles de personas y la seguridad alimentaria en el largo plazo.
Es también una de las principales causas de muerte de fauna marina, poniendo a varias especies en peligro de extinción y alterando drásticamente el delicado equilibrio de los ecosistemas marinos.
Ambas organizaciones de conservación consideran que toda forma de pesca y extracción de vida marina de nuestros océanos debe ser gestionada sosteniblemente, y que todo lo que se retire de los mares a través de la actividad pesquera debe ser considerado resultado del esfuerzo pesquero.(Telam)