Ella aparece sonriente, sin perder la femineidad, simpática y con su belleza que se destaca en medio de ambientes complejos, desérticos. La española Laia Sanz es la única mujer que continúa en el Dakar 2013. Nacida hace 27 años en Llobregat, Barcelona, reluce su físico de 1,80 metros parados sobre la motocicleta. Y ayer su sonrisa se multiplicó, tras la 13ª ubicación lograda en la novena etapa, la más extensa del Dakar, que unió San Miguel de Tucumán con esta ciudad cordobesa.
"Realmente estoy muy feliz. Traté de encarar la etapa con mucha tranquilidad, porque sabía que era muy larga y que cualquier inconveniente podía multiplicarse, ya que un problema en el comienzo se traduce en una pérdida de tiempo imposible de recuperar", comentó Sanz, que compite con una máquina Gas-Gas. En motos, Sanz es la única mujer en la carrera, ya que ayer abandonó la chilena Josefina Gardulski (ver recuadro).
En el enduro de Italia no le fue bien. Un accidente casi le hace perder un dedo del pie izquierdo. La recuperación fue veloz para llegar al Dakar. "Las heridas no me permiten estar a pleno. Por eso no tengo ambiciones excesivas. Quiero hacer un papel digno, claro", comentó Sanz, que por muy poco perdió el título europeo de trial.
-Aquí las condiciones son extremas para cualquiera. ¿Cómo es participar de un Dakar para una mujer? -Yo no hago diferencias por los sexos. El Dakar es duro para todos. Los hombres lo sufren, porque esta competencia siempre te presenta desafíos inesperados y no te da respiro. Y lo mismo para una mujer.
-Uno imagina que la fortaleza física del hombre puede combatir esos inconvenientes... -Sí, puede ser. Pero cualquiera que viene a competir en un Dakar es porque está bien preparado físicamente. No es que uno está en su casa y de repente viaja a correr el Dakar. Pero lo más importante es la preparación mental. Es una carrera que hay que enfrentarla desde la cabeza. No hay que rendirse y la predisposición es fundamental.
-¿El clima que se vive en los campamentos del Dakar, integrados en su gran mayoría por hombres, es machista? -En absoluto. Jamás sentí alguna diferenciación porque yo sea mujer. Tampoco me hicieron sentir alguna ventaja por mi sexo. Soy un competidor más, como todos. Además el clima que se genera aquí es muy bueno. Todos competimos, pero todos tenemos un objetivo en común: llegar a la meta final. Y en las pruebas especiales hay mucha camaradería. Y en los campamentos, la idea es aprovechar el tiempo para alistarse y descansar lo que se pueda.
-¿Debería haber más mujeres en el Dakar? -Totalmente. Yo lo que más lamento es que hace tres años, cuando debuté aquí, había más mujeres, y cada vez somos menos las que competimos. Es una pena.
Fuente | canchallena.com