De acuerdo con testimonios recogidos por este matutino entre vecinos y familiares de Johannesen, se pudo saber que la última vez que mantuvo contacto con sus familiares directos fue ayer alrededor de las 14, luego de compartir el almuerzo.
A partir de ese momento, según las versiones, el hombre se dirigió a su dormitorio con el fin de descansar, pero nadie de la casa habría observado que había llevado un brasero con carbones encendidos.
Una vez en el interior, encendió el televisor y lo más llamativo que le puso llave a la cerradura y como si esto fuera poco atravesó una cama cucheta en la puerta.
Las horas transcurrieron y en la creencia que Johannesen permanecía descansando sus familiares dejaron pasar los minutos pero alrededor de las 18, comenzaron a sospechar algo raro, pues no era habitual que durmiera tanto.
Entonces comenzaron a golpear la puerta con el fin de despertarlo pero el silencio era la única respuesta, razón por la cual, decidieron dar aviso a la Policía la que concurrió cerca de las 20, y ante los insistentes llamados que no tenían eco, decidieron destruir la puerta del dormitorio y al abrir se encontraron con el cuerpo del hombre cruzado entre la cucheta y otra de las camas.
De inmediato personal de la Comisaría VII que había intervenido dio el alerta a la División Homicidios y al médico forense, Doctor Alberto Zalazar, los que se hicieron presentes a los pocos minutos y quienes comprobaron que el hombre se encontraba sin vida y en principio se diagnosticó que había dejado de existir como consecuencia de las emanaciones del monóxido de carbono que había despedido el brasero encendido.
Una vez que concluyó su tarea personal de Homicidios y del equipo forense, por orden judicial se ordenó el traslado del cadáver hacia la Morgue Judicial, motivo por el cual se solicitó el concurso de la morguera policial, la que en esos momentos no se encontraba en esta capital sino que viajaba de regreso desde la localidad de Vichigasta, donde se había trasladado para hacer un servicio.
Por ese motivo, la espera del vehículo fue una eternidad pues demoró alrededor de una hora y media cuando los familiares y amigos comenzaron a angustiarse cada vez más ante el cuerpo sin vida que se mantenía en una bolsa plástica.
Los minutos transcurrían y el malestar comenzó a ganar el espíritu de la familia y en medio de los llantos y sollozos, por fin apareció la famosa morguera, que según el jefe del Cuerpo de Bomberos, comisario Rubén Ramón Córdoba, no pertenece a esa área, sino a Prevención Urbana.
Cerca de las 21,45 el cuerpo sin vida fue cargado en la morguera y trasladado hacia la Morgue Judicial, donde los peritos debían concluir con los estudios para luego, previa orden del juez, hacer entrega del mismo a los familiares, que según se pudo saber, serían velados en su propio domicilio.
Un hermano de la víctima confió que Gabriel había revestido años atrás como subteniente de reserva, había cumplido con el servicio militar en la Brigada Aerotransportada 17 con asiento en Catamarca y había participado en el teatro de operaciones del conflicto en el Canal del Beagle.
Fuente/ elindependiente.com.ar