Cocaína, marihuana, pasta base, balanzas y varios miles de pesos fueron secuestrados anoche por los investigadores, tras siete horas de exhaustiva inspección en la casa familiar, por disposición del juez Federal, Doctor Guillermo Molinari.
El procedimiento arrancó cerca de las 16. A esa hora, dormían la siesta los dos hombres y la mujer, quienes ocupaban una casa esquina y un amplio departamento construido en los últimos meses en los fondos de la propiedad. Lucía como una familia común y corriente.
En veinte segundos, seis vehículos de Gendarmería rodearon la propiedad y fueron apostados hombres en toda la manzana, en un radio de 200 metros.
Más allá de que el operativo sorprendió a los vecinos, judicialmente implicó el resultado de más de un año de paciente investigación.
Los gendarmes coparon los dos inmuebles. Con la presencia de dos testigos, se secuestró casi un kilogramo de cocaína y marihuana lista para la venta; también toda una mesa llena de dinero en billetes de $ 100, $ 50, $ 20, incluidas monedas.
Buscan al cerebro y proveedor
“Nos importa determinar para quién vendían la droga. La estructura montada, más los químicos hallados, revelan que el estiramiento de cocaína era a gran escala”, confió un fuente ligada a la investigación. Entre las 16 y 20, los uniformados literalmente dieron vuelta las dos viviendas.
Revisaron techos, tanque de agua, pisos, pozos, placares, heladeras y habitaciones.
Los efectivos también se llevaron media docena de celulares, con números e identidades que, se sospecha, pertenecen a los clientes que todas las noches arribaban en autos y motos.
Además de los aparatos de comunicación, Gendarmería incautó todos los elementos que obrarían como herramientas para la venta de cocaína.
Sólo cuando las viviendas quedaron despojadas de toda sorpresa o recoveco inspeccionado, los gendarmes ascendieron a sus vehículos y abandonaron el Jorge Newbery.
Fuente: elliberal.com.ar