El siniestro mencionado se produjo en la intersección de la avenida Rivadavia y la calle Taboada, en circunstancias en que un niño de once años conducía una motocicleta Honda 100 cc por Taboada. Por la otra vía lo hacía una camioneta y por razones que se tratan de establecer ambos vehículos impactaron en el centro del mencionado cruce. Afortunadamente, sólo sufrió lesiones leves.
El niño, que manejaba sin casco fue trasladado hasta el hospital local donde fue atendido de las excoriaciones, pero el hecho dejó al descubierto una vieja problemática en la ciudad que según los funcionarios policiales y de la comuna les cuesta controlar debido a la escasa colaboración de los adultos, muchos de los cuales dejan en manos de sus hijos, que ni siquiera llegan a la adolescencia, vehículos que los duplican en peso y que pueden llegar a los cien kilómetros por hora. Una combinación que puede ser letal.
Es más, en los últimos controles se pudo comprobar que algunos de estos niños ya participan de las denominadas “picadas”, que se realizan en el semáforo de calle Irigoyen y ruta nacional Nº 9, donde ponen en riesgo no solo sus vidas, sino también la de terceros. Personal de la Patrulla Urbana de la policía realiza operativos relámpagos en distintos puntos de la ciudad con el fin de sacar de circulación a los motociclistas que no cumplen con las normativas. Durante los procedimientos son secuestrados no menos de treinta vehículos, los que posteriormente son restituidos a sus dueños una vez que certifican su propiedad.
Uno de los antecedentes más graves es un accidente que dejó cuatro menores de edad heridos, en una carrera de motocicletas. Lo llamativo de este suceso es que uno de los rodados había sido secuestrado por la policía horas antes porque su conductor era menor de edad. Sin embargo, fue recuperado porque sus padres. Momentos después su hijo protagonizaba un choque con el mismo vehículo.
Fuente: elliberal.com.ar