En ese instante el propietario del comercio quería echar a varios perros que se habían metido en el local.
El hombre sacó un rifle de aire comprimido con el que efectuó un disparo al piso para asustar a los animales, pero el balín rebotó y fue a darle en el pómulo a Robledo, muy cerca del ojo.
El joven, sumamente nervioso, se tomó el rostro con las manos, mientras el autor del disparo salió corriendo a prestarle ayuda.
El comerciante pidió una ambulancia, y mientras Robledo era asistido, llegó el móvil de la comisaría Segunda.
El joven recibió las curaciones en la misma ambulancia, ya que solo tenía un hematoma sin gravedad.