El vehículo no tenía la llave y estaba con la traba del manubrio colocada, sin señales de que haya sido forzada.
Con las características del rodado se verificó si tenía pedido de secuestro, y cuando se supo que no era una moto robada, comenzaron a tener en cuenta la posibilidad de que hubiera sucedido otro hecho.
El fiscal Alejandro Dalla Lasta ordenó un rastrillaje en las zonas aledañas al espejo de agua, y que los buzos de Bomberos busquen en las aguas, ante la presunción de que la persona hubiera decidido arrojarse.
La búsqueda se extendió durante toda la tarde, y de la misma participaron efectivos de la comisaría Cuarta, con la colaboración de otras dependencias y de los bomberos.
Con la caída de la noche se debió suspender el rastrillaje por tierra y por agua, para retomarlo hoy a primera hora.
Según trascendió, el vehículo pertenecería a un muchacho joven, cuya identidad no se dio a conocer, y que en los últimos días habría evidenciado síntomas de depresión.