Pero en realidad este episodio no fue mas que el último eslabón de una larga cadena de incidentes protagonizados por un sujeto que a principios de este año estuvo internado en el hospital neuro psiquiátrico de La Merced.
Entonces la cosa es doblemente grave, porque las autoridades no podían desconocer esta circunstancia, y mucho menos cuando la semana pasada un grupo de vecinos de Icaño se quejó justamente por la designación de Rojas, aunque sea en forma interina, en el cargo de director de una escuela.
En esa ocasión se hicieron públicas todas estas circunstancias y otras que tiene en su haber este “personaje”, que de pintoresco no tiene nada, y de peligroso tiene mucho.
Alrededor de 50 denuncias y exposiciones radicadas en la comisaría de Icaño así lo sostienen. Rojas fue acusado por amenazas con arma de fuego, por lanzar improperios en contra de alumnos, padres, docentes y personal de la escuela, sin tener una razón coherente.
Entonces uno vuelve a preguntarse a quién se le ocurrió la brillante idea de nombrarlo, aunque sea de forma interina, cuando en realidad este sujeto debería estar internado en una institución mental.
Tan grave fue lo sucedido el martes, que ese mismo día el titular de Educación, Eduardo Galera, se reunió con la subsecretaria Silvia Arréguez, para comenzar a trabajar en algunas reformas en el mecanismo de designación, a los fines de evitar que sujetos como Rojas tengan la facilidad de acceder a cargos docentes.
El caso superó lo meramente policial y puso en el tapete la discusión sobre los problemas que existen en muchos aspectos de la educación, fundamentalmente sobre la idoneidad de algunos docentes.
De ahora en mas, será cuestión de tener los ojos mas abiertos y observar atentamente el desempeño de quienes están al frente de una clase.