Todo comenzó el viernes pasado, cuando Figueroa fue intervenido quirúrgicamente en un sanatorio privado de esta Capital, donde le realizaron una laparoscopia laser para extirparle cálculos de la vesícula.
Figueroa fue dado de alta y regresó a su casa, a pesar de que no se sentía bien, según sus familiares.
En los días posteriores su estado comenzó a agravarse, y por ello el domingo Figueroa regresó al centro de salud, donde lo sometieron a una nueva intervención.
Pero su estado ya era prácticamente irreversible, y murió el lunes a la madrugada.
La familia radicó la denuncia penal en contra de “autores desconocidos”, o eventualmente contra quien resulte responsable, pero sus acusaciones apuntan específicamente en contra del médico que encabezó la intervención.
La muerte de Figueroa habría sido causada por una septicemia, provocada por una perforación en el intestino, al parecer ocasionada por el laser.
El fiscal Héctor Maidana remitió las actuaciones a su par Miguel Mauvecín, quien entenderá en la causa por haber estado de turno cuando se realizó la operación