La víctima era un conocido peluquero del barrio Villa Paulina, que fue identificado como Hugo Antonio Tapia.
Hugo Tapia era una persona sencilla y muy servicial, querido por todo el barrio por su generosidad y hospitalidad, que habitaba un inmueble ubicado en Tucumán y Fortabat.
Allí también tenía su peluquería, profesión que abrazó desde hace muchos años. Era el menor de seis hermanos y vivía solo, aunque desde hace un tiempo alquilaba parte de su casa a otra persona, a la que se identificó como José Crescencio Gómez.
En la madrugada del lunes, según informó un familiar de la víctima y sobre una versión contada por el inquilino Gómez, tres hombres ingresaron desde la calle Tucumán al patio de la casa de Tapia, alrededor de las 3.30.
Primero redujeron a Gómez, dejándolo atado en una habitación de la casa. Luego, tras romper el postigo de una puerta, accedieron al sector habitado por el peluquero.
Según trascendidos, basado siempre en dichos de Gómez, los hombres estaban encapuchados. Uno de ellos era de contextura robusta y portaba un arma de fuego, mientras que los otros dos eran más pequeños. Ya en el interior de la vivienda, atacaron a Tapia que descansaba en su habitación donde también lo redujeron y lo ataron con sus propias ropas.
Lo que ocurrió luego en el interior de la habitación del peluquero hasta llegar al fatal desenlace, es lo que la Justicia del Crimen de Frías deberá investigar, para poder determinar cómo fueron los últimos minutos de vida de Tapia.
Mientras tanto, Gómez ya había logrado desatarse y fue a pedir ayuda. Saltó la pared que da hacia la calle Tucumán y pidió auxilio. Primero al conductor de una camioneta que circulaba por el lugar, quien dio la alerta en el Departamento de Seguridad Ciudadana Nº 7, y luego el propio Gómez corrió unos cincuenta metros hasta la casa de un hermano del peluquero –de nombre Mario- para informarle lo ocurrido.
Frente a esta situación, los dos hombres regresaron e ingresaron al inmueble del peluquero, acción que coincidió con la llegada al lugar del personal policial, quienes de inmediato se hicieron cargo de la situación.
Los uniformados ingresaron en la casa de Hugo Tapia donde este yacía en el suelo de la habitación, aparentemente sin vida. Estaba solo, totalmente desnudo y amarrado con sus propias prendas de vestir.
También se hizo presente en la escena del crimen el fiscal de turno, Mariano Gómez, quien solicitó la presencia del médico forense, Dr. Ángel Rodolfo Gómez, para constatar la muerte de Tapia.
Fuente: elliberal.com.ar