Allí fue atendido por el dueño de casa, Julio César Andrada, de 84 años, quien se encontró con un hombre de buen aspecto, y que mediante engaños logró apoderarse de la suma de 500 pesos, que el anciano le entregó de buena fe.
Cuando se dio cuenta del engaño, Andrada llamó a la policía y aportó datos, pero no lograron dar con el delincuente.