Pero el malviviente se dirigió al dormitorio y comenzó revolver todo, para apoderarse del dinero de la jubilación, documentación de importancia y un bolso de color verde.
Cuando el anciano notó que le estaba robando, le reclamó su conducta al desconocido, pero éste se molestó y lo agredió físicamente.
Posteriormente el individuo se dio a la fuga y el anciano pidió auxilio a un vecino.
Según describió Pérez, el ladrón era un sujeto joven, de 1,60 mt de estatura aproximadamente, de tez morocha y robusto.