Sin embargo, algunos aprovecharon la algarabía para provocar desmanes a su paso.
Un automóvil estacionado en la vía pública fue blanco de los delincuentes, que destrozaron el vidrio de la puerta del conductor, aunque no se especificó si sustrajeron algún elemento del interior.
En un local de venta de celulares de calle San Martín al 500, también se ocasionaron daños.
El fervor de la hinchada se cobró también una de las luminarias de calle Rivadavia, entre República y San Martín.