Todo ocurrió alrededor de las 3.30 de la mañana, cuando varios jóvenes entre los que se encontraba Edgardo Olivera, de 18 años, se conducían en un automóvil Ford Escort, conducido por Lera.
Los jóvenes habían salido de un boliche, subieron al auto de Lera y fueron a la casa de unos amigos de Olivera a seguir bebiendo, pero no todos entraban en el auto, por lo que Olivera y dos amigos decidieron viajar fuera del vehículo, dos en el capot y el tercero en el baúl.
El chofer del auto, para jugar una broma, aumentaba y aminoraba la velocidad, y cuando pasaban por la plaza Belgrano, frente a la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, Edgardo Olivera cayó al pavimento y el rodado le pasó por encima, provocándole el aplastamiento de cráneo y otras lesiones muy graves.
Los otros jóvenes saltaron del auto mientras Lera se daba ala fuga.
Una ambulancia llevó al herido al hospital, pero debido a la gravedad de las lesiones se decidió derivarlo de inmediato a Tucumán, aunque a poco de salir se produjo su deceso, por lo que debieron regresar con el cuerpo a Santa María.
Los amigos de Olivera dieron versiones confusas del auto, lo cual demoró la búsqueda, pero cuando los policías aclararon todo, pidieron colaboración a sus pares de Tucumán, quienes lograron atrapar al conductor en la localidad de Amaicha del Valle, alrededor de las siete de la mañana.