Al requisar el vehículo, los policías descubrieron una caja debajo del asiento trasero, en la que ocultaban poco más de 10 kilos de marihuana compactada en panes. Además, dentro de un balde había dos kilos de cocaína y precursores químicos. El cargamento secuestrado está valuado en $ 30.000.
Los policías seguían la pista de una banda de traficantes que había hecho base en Tucumán, desde donde distribuían la droga a provincias vecinas.
Además, los investigadores incautaron teléfonos celulares y dinero. Aparentemente, los hombres habían montado una “cocina” para estirar la cocaína y luego venderla al menudeo.