El acusado declaró ante el tribunal, y admitió haber agredido físicamente a la víctima, con una regla metálica de unos 50 cm de largo, luego de lo cual se fue del lugar.
Soria justificó su presencia en el lugar, al declarar que había decidido ir a la obra para acompañar a Galván durante ese día, en el que no se trabajaba.
Según aseguró, el día anterior habían quedado de acuerdo que se reunirían a beber algo para festejar su cumpleaños.
Pero luego no pudo dar una explicación razonable acerca de porqué se apoderó del teléfono celular y una linterna de la víctima.