Acuña había sido destituido mientras era juez de Instrucción luego de un jury al que fuera sometido en el año 2.001. El ex magistrado recurrió a la Suprema Corte que tras varios años de litigio ordenó que había sido mal juzgado y que debía ser restituido en su cargo. Posteriormente Acuña inició otra demanda contra la justicia local por haber dejado de percibir los sueldos durante más de cinco años.
Algunas horas después de su juramento, Acuña podría renunciar y así dar un marco de legalidad a su situación con la Corte y evitar que la deuda de la justicia con él siga incrementándose.