Arreyes estaba preso por liderar una banda presuntamente dedicada al robo de bancos, aunque en su prontuario también incluye una condena por tráfico de estupefacientes de 1991. En esa ocasión, se probaron vínculos con la policía local y fueron condenados dos jefes de la división Toxicomanía de Río Cuarto.
Tras la fuga, pasó un tiempo en España y otro en Brasil, según fotos que había publicado en su perfil de Facebook, en el cual figuraba con su nombre real.
El lunes, cuando lo detuvieron, Arreyes viajaba con dos acompañantes y estaba armado: tenía una pistola Bersa 380. Pero no opuso resistencia. Su abogado, Jorge Valverde, aseguró a La Voz del Interior: “Cuando llegó al país, él se presentó en forma espontánea en Tucumán. Allí, un abogado solicitó el sobreseimiento por prescripción de acción, porque corresponde cuando han pasado más de 12 años. Hoy él no tiene ningún antecedente computable”.
Arreyes, hoy de unos 50 años, empezó a tener problemas con la ley de joven. En su prontuario figuran delitos como robo, falsificación de documento público y asociación ilícita -aún siendo menor de edad-. También era conocido por capitanear una patota de jóvenes en moto y siempre se lo relacionó con drogas y desmanes. En 1997, fue nuevamente detenido por un golpe tipo comando en un frigorífico del que se llevaron 97 mil pesos.
Fuente | Clarín.com