La víctima fue identificada como Atanasio Ojeda, de 83 años, cuyos restos se hallaban devorados por los cerdos, según informaron a EL LIBERAL fuentes policiales de la Comisaría 18 de Campo Gallo.
La trágica novedad surgió ayer a las 20, a raíz de intensos olores nauseabundos que fueron percibidos por otros vecinos de esa alejada zona del noreste provincial.
Por esa razón, uno de ellos se dirigió hacia la humilde vivienda de Ojeda, en donde quedó paralizado de terror al comprobar que el dueño de casa se hallaba sin vida y en avanzado estado de descomposición.
Los voceros explicaron que la hija del fallecido, de 34 años, y el nieto, de 9, debido a su enfermedad se asustaron ante la presencia de “extraños” y huyeron hacia una zona montuosa. Esa circunstancia explicaría por qué no comunicaron la muerte del familiar a sus vecinos.
Inmediatamente, se comunicó el hecho a las autoridades policiales. De este modo, se puso en marcha un amplio operativo y se ordenó el traslado hacia allí de una patrulla de la Seccional 18 que arribó a la escena del hecho con un médico, de apellido Arroyo, a cargo de la atención sanitaria en la localidad de Santos Lugares, distante 30 kilómetros de Bajo Grande.
Los primeros diagnósticos estimaron que el deceso de Ojeda dataría de hace diez días, fecha que sería coincidente con la ausencia del hombre, detectada por otros pobladores.
En ese sentido, se destacó que el cuerpo presentaba desmembramientos en una de las piernas y a la altura del estómago, los cuales habrían sido producidos por el ataque de los animales de corral que tenía el fallecido.
Al cierre de esta edición, los guardianes del orden continuaban con el procedimiento en Bajo Grande.
El juez del Crimen de Segunda Nominación de esta capital, Miguel Ángel Moreno, ordenó que se realizara la autopsia.
Fuente: El Liberal