La decisión surgió a partir del análisis de los elementos probatorios que se reunieron a lo largo de un año, ya que el fatal accidente se produjo el 19 de junio de 2010.
Calificadas fuentes judiciales indicaron que la acusación recayó en Oscar Rayano, a quien le habían asignado la tarea de construir un nuevo pozo negro, a pedido de la firma encargada de suministrar las raciones alimentarias a los internos.
El día de la tragedia a Antonio Rafael Hoyos (19 años) se le había asignado la misión de cortar una cañería para que los líquidos cloacales se depositaran en el nuevo pozo. Cuando consiguió hacerlo, empezó a subir rápidamente el nivel al punto que no pudo salir del fondo. Un compañero que acudió en su ayuda también cayó cuando se rompieron los peldaños de la escalera que se encontraba adentro del pozo.
A este último lograron rescatarlo con vida, y no sucedió lo mismo con Hoyos, quien murió por asfixia por sumersión, determinó el médico forense que realizó la autopsia.
Para el titular del Juzgado del Crimen de Segunda Nominación, Rayano no cumplió con sus deberes laborales para que la tragedia no se produjera, tal como lo expresa la última parte del artículo 84 del Código Penal. La eventual pena que podría corresponder al imputado va entre los seis meses y los cinco años de prisión.
Fuente: elliberal.com.ar