El cura se entregó ayer y fue interrogado durante cinco horas por los cargos de abuso deshonesto y corrupción de menores que le hizo un joven.
El cura, denunciado en un programa de televisión el miércoles por la noche, dijo que las denuncias en su contra "tienen olor a venganza".
Grassi se declaró inocente, explicó que tardó en entregarse por recomendación de sus abogados y expresó que se siente "muy mal" por la imputación.
(Télam).