El pequeño vivía con su madre, Verónica Moyano, en el pasaje Chubut al 1.000, de esta capital. Cuando el pistolón se disparó, el niño jugaba en un pasillo que comunica el frente con el fondo de la vivienda. Su abuelo, Rodolfo Moyano, estaba a dos metros, arreglando una motocicleta. Eran alrededor de las 10.30, de ayer. LA GACETA ©