El ave llegó a su vida de casualidad. A fines de 2008 fue a pasar las Fiestas de fin de año con sus padres, en Gramilla, Santiago del Estero. Una tarde, caminando por la plaza del pueblo, ella y su hermano encontraron sobre la calle un nido que se había desprendido hacía unos minutos de un inmenso árbol.
Al observar en su interior, encontró a quien sería el destino de su amor desde entonces. "La traje a Tucumán con la intención de llevarla a la Reserva de Horco Molle, de la UNT, pero me encariñé mucho. Compartía conmigo todo, desde el desayuno hasta la cena. Ella no vivía en una jaula, podía andar por donde quisiera", contó Julia, con voz quebrada.
Pero la feliz historia llegó a su fin, al menos por ahora, el pasado 7 de agosto. "’Piojito’ estaba conmigo en la terraza de mi departamento, en Catamarca y Corrientes, cuando decidí bajar a hacerme un café. A los 15 minutos regresé y ya no estaba. Desesperada, bajé a la vereda y sólo encontré unas plumas. Creo que se asustó con algo y voló hacia allí, alguien debe haberla levantado. Desde ese día no volví a tener más noticias de ella, estoy muy triste", confesó.
Para quien tenga datos certeros del paradero de "Mami" o "Piojito", Julia ofrece una recompensa de $ 1.000. Estos pueden comunicarse al teléfono 155 176 906. LA GACETA