Los mayores, circunstancialmente, se encontraban dentro de la vivienda. Seguramente fueron unos pocos minutos en que nadie prestó atención a lo que hacía la pequeña, quien gateando llegó hasta el costado de un pequeño pozo que recoge el excedente de agua del tacho colocado debajo de una canilla.
Curiosa, se debe haber inclinado para tocar el vital elemento y sin querer, ese pequeño hoyo en el suelo con agua se convirtió en una trampa mortal para Sabrina.
Sobre lo que aconteció, aproximadamente a las 10.30, el abuelo de la víctima, Ernesto Rafael Cortés relató: ‘Como yo trabajo en pintura, hoy (por ayer) no he podido trabajar por las condiciones del tiempo. Entonces me he venido a casa para tomar mate. Mi hija estaba adentro y los hermanitos estaban en el patio, mientras ella estaba jugando con ellos y gateaba”.
“Se han descuido y parece que fue hasta el pocito que tiene agua y cayó”, expuso a EL LIBERAL con la voz quebrada por el fatal destino que tuvo su nieta.
El propio dueño del hogar especificó que el pozo en el que sumergió la cabeza la nena tiene 80 centímetros de profundidad y que estaba casi hasta el borde con agua.
“Cuando la madre se ha dado cuenta era tarde. Sí respiraba cuando la sacó y por eso la llevamos al Policlínico”, avanzó en su relató don Cortés.
De inmediato, acudieron a la ayuda de un vecino que tiene un medio de movilidad.
“El muchacho de enfrente nos ha llevado en el auto. Cuando llegó al hospital ya no se pudo hacer nada”.
La doctora Sayago fue quien recibió, en el Policlínico Municipal, a la criatura. Intentó reanimarla, pero los esfuerzos fueron en vano.
“Nos ha dicho que había tragado mucho barro y agua”, reconoció el desconsolado abuelo.
El cuerpo de la menor fue trasladado a la morgue, mientras que personal de Criminalística se presentó en el domicilio de Suipacha y Maipú para realizar las pericias respectivas.
Fuente: elliberal.com.ar